La aerotermia es un tipo de bomba de calor que funciona obteniendo la energía en forma de calor del aire exterior (de ahí “aero” - “termia”) para introducirla en el interior de un inmueble a través del sistema de radiadores o suelo radiante previsto (si se trata de obra nueva) o existente (en caso de reformas).
Desde Enerpop Energy explican que su mecanismo consiste en un ciclo frigorífico, como sucede con las neveras, salvo que, en este caso, puede generar tanto frío como calor. Esto es así porque cuando se encuentra en modo calefacción, el medio exterior (en este caso del aire) se encarga de subir la temperatura en la etapa fría de este ciclo, la evaporación, mientras que en modo refrigeración, se invierte el ciclo y el medio exterior hace descender la temperatura en la etapa de compresión, que es conocida como foco caliente.
Con los sistemas de aerotermia que combinan refrigeración, calefacción y ACS está demostrado que se incrementa entre un 350% y un 450% el rendimiento de sistemas de calefacción tradicionales, según la misma fuente, "por lo que se ha convertido en una alternativa realmente beneficiosa para quienes recurren a ella para acondicionar a su gusto sus instalaciones".
Por otro lado, los sistemas de aerotermia mantienen sinergias con las instalaciones solares, al aumentar el aprovechamiento de la energía captada por los paneles, que de otro modo podría perderse. "Este es un factor importante que hace que la aerotermia esté aprovechando el gran tirón que está experimentando el autoconsumo fotovoltaico", dicen desde Enerpop.
Un sistema cada vez más extendido en las viviendas
En 2019 se experimentó un fuerte incremento de contactos para la instalación de sistemas de aerotermia, un modelo que, según aseguran desde Enerpop, "será el predominante en los próximos años en cuanto a nuevas contrataciones y renovaciones de calefacción y ACS".
Enerpop añade que los numerosos beneficios de esta alternativa de climatización son la clave de su éxito. Y destaca, entre otros, los siguientes:
• Mayor rentabilidad: la aerotermia tiene un rendimiento cuatro veces mayor que cualquier caldera de combustión (gas, gasoil o biomasa) o caldera eléctrica, permitiendo que los ahorros finales se sitúen entre el 55% y el 75%, dependiendo de con qué tecnología se compare. De esta forma, a pesar de tratarse de una inversión superior a la mayoría de sus alternativas, el desembolso realizado para este sistema se compensa en pocos años.
• Sostenibilidad: se estima que, en comparación con otras alternativas de calefacción, como las basadas en gas natural, propano, gasóleo o resistencias eléctricas, se reduce entre un 55% y un 80% las emisiones de CO2 escogiendo las instalaciones aerotérmicas.
• Confort: un sistema de este tipo, que mantiene una temperatura estable durante toda la jornada y distribuye la temperatura deseada de forma homogénea, supone un plus para la comodidad de las personas que disfrutan de él. A diferencia de los sistemas por combustión, la aerotermia suele mantenerse encendida la totalidad del día, calentando a muy baja temperatura y de forma constante.
• Refrigeración: otra de las grandes bazas de la aerotermia es que, además de calefacción, puede refrigerar los espacios a través del circuito de radiadores o suelo radiante, gracias a la posibilidad de invertir el modo de funcionamiento.
• Sinergias con instalaciones fotovoltaicas: las instalaciones de aerotermia ayudan a aprovechar la producción de los paneles solares, sobre todo en verano, cuando hay mayor irradiación solar disponible y ésta puede aprovecharse para refrigerar la vivienda de forma “gratuita”.
• Mejor calificación energética: ganar algunas posiciones en la escala energética redunda en diversos beneficios adicionales, como una revalorización de la vivienda en caso de querer venderla o arrendarla.
• Rapidez de instalación y adaptación a instalaciones anteriores: su instalación no suele durar más de tres días y se aprovechan los sistemas existentes, como conducciones, suelos radiantes o radiadores.
• Independencia energética: este tipo de instalaciones ayuda a los usuarios y a los países a ser independientes de fuentes de energía exteriores como el gas natural y el petróleo y derivados, sobre todo cuando se combina con fuentes renovables como la energía fotovoltaica, lo cual redunda en una menor sensibilidad hacia las fluctuaciones de precio y un aumento del PIB.
¿No hay desventajas?
Como cualquier tecnología, la aerotermia puede presentar algunos inconvenientes según qué situación, a saber:
• Precio superior: independientemente de que termine por rentabilizarse en poco tiempo, el coste inicial de una instalación de aerotermia es superior al de una caldera de condensación o similar.
• Menos apta para clima extremo: en zonas donde la temperatura se sitúa constantemente por debajo de los cero grados, la aerotermia reduce su eficiencia y podría ser una alternativa menos atractiva. La parte positiva es que esto solo ocurre en localizaciones que se sitúan por encima de los 1000m - 1500m de altitud.
• Precio de la electricidad: el mayor precio de la electricidad en comparación con combustibles como gas natural, gasóleo, propano y biomasa, hace que los ahorros finales se sitúen entre el 55% y el 75%, cuando podría ser muy superior. Aun así, los ahorros obtenidos resultan notables.
• Ruido: si bien son cada vez más silenciosas, las máquinas de aerotermia generan un cierto ruido, al igual que un aire acondicionado. Es un factor a tener en cuenta, aunque en la mayoría de los casos no constituye un problema.
• Potencia: las instalaciones de aerotermia tienen una capacidad limitada en comparación con tecnologías de combustión. Mientras que una caldera de gas natural puede disponer de 15-20kW térmicos, una instalación de aerotermia equivalente tendría únicamente 8-12kW, dado que el funcionamiento de la aerotermia se basa en un funcionamiento sostenido a lo largo de todo el día y no de forma puntual. De esta manera, si se quiere aumentar la temperatura drásticamente en un momento puntual, la instalación de aerotermia tardará más tiempo en conseguirlo que una instalación con caldera de combustión.
• Espacio necesario: como consecuencia del punto anterior, las instalaciones de aerotermia no son capaces, por norma general, de realizar el calentamiento del ACS (agua caliente sanitaria) para una ducha en modo directo, sino que requieren ir almacenándola durante un tiempo en un depósito para que sea éste el encargado de suministrar el agua caliente en los momentos en los que se necesita. De este modo, las instalaciones de aerotermia, aparte de la máquina exterior, requieren un espacio interior de uno a dos metros cuadrados, lo cual puede suponer un problema en pisos o viviendas con poco espacio disponible.