Este verano, el cambio de hora se convirtió en motivo de polémica después de que la Comisión Europea propusiera eliminarlo. Algo con lo que el 85% de los ciudadanos europeos comulga y en el caso de los españoles aún más: el porcentaje asciende al 93% según la información aportada por Acierto.com
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"Lo que dicen los últimos datos es que en nuestro país el ahorro se mueve entre el 0,1% y el 0,5%; mientras que en otros países con menos horas de sol podría notarse algo más. Eso sí, el tope de ahorro podría ser de un 5% si lleváramos a cabo un consumo responsable y tomásemos medidas específicas", indican desde el comparador. "Este ahorro afectaría principalmente a la industria. Por otra parte, cabe tener en cuenta que, si bien amanece más temprano y se ahorra por la mañana, se gasta también más durante la tarde, pues que anochezca más pronto nos obliga a consumir más durante este momento de la jornada".
Caída de la productividad
Aquí intervienen varios factores: el estrés, el mayor riesgo de sufrir migraña, la falta de sueño y el descanso inadecuado. Porque cambiar la hora altera nuestro reloj interno y puede hacernos dormir peor. Y es que la falta de sueño puede conllevar consecuencias importantes. De hecho, también aumentan -en casi un 6%- las lesiones laborales en aquellos puestos físicamente más exigentes como la construcción o la minería durante la semana posterior al cambio horario; así como los siniestros en carretera fruto de la falta de atención.
También cambian las condiciones de luz en las que conducimos habitualmente, y esto también puede despistarnos cuando vamos al trabajo (se considera accidente laboral). Otro dato llamativo –siempre según la misma fuente– es que la delincuencia tras el cambio de octubre también aumenta. Tanto los atracos como los robos en casa y empresas.
La escalada del consumo eléctrico
Más allá del cambio horario, las previsiones meteorológicas apuntan a una drástica bajada de las temperaturas para el próximo fin de semana -de entre cinco y diez grados centígrados-. Un desplome que también supondrá un incremento del consumo eléctrico de los hogares. "De hecho, el frío hará que el gasto crezca en torno al 20% pues, por cada grado que aumentemos la temperatura del radiador el consumo subirá un 7%", dicen desde Acierto.com.
El ascenso no solo tendrá que ver con la calefacción -esta relación no es directamente proporcional y debe contemplarse la potencia contratada en la ecuación- sino también con otros servicios como el agua caliente. Acierto.com calcula que los días más fríos pasamos un par de minutos más bajo la ducha, obligando a la caldera y al termo a funcionar durante más tiempo y dejando caer entre 20 y 40 litros de agua adicionales. Todo esto se verá reflejado en la factura de los consumidores, que tendrán que abonar entre 15 y 23 euros más al mes, en función del sistema que tengan.
Consejos para ahorrar energía
En realidad, existen múltiples modos de ahorrar energía que nada tienen que ver con el cambio horario y que no alteran nuestro ritmo circadiano. Para empezar, la rehabilitación energética de los edificios resulta muy eficaz y evitaría la emisión de hasta ocho millones de CO2 a la atmósfera. Además, se estima que el 60% de las necesidades energéticas de los hogares son fruto de pérdidas. Razón de más para instalar cortinas, dobles ventanas y asegurarse de cerrarlas correctamente. Otras alternativas para asegurarse el ahorro son:
• Utilizar colores claros para decorar la casa. Un entorno luminoso hace que se enciendan menos luces. Usa lámparas focales en lugar de focos en el techo también ayudan a crear un ambiente más íntimo.
• Limpiar las fuentes de luz, el polvo puede apantallar la luminosidad.
• Usar reguladores, programadores y termostatos inteligentes. Se puede hacer lo mismo con las bombillas.
• Usar lámparas LED en lugar de halógenas. No olvidarse de los tubos fluorescentes; no solo en la cocina sino también en el garaje, el trastero y el baño, por ejemplo.
• Aprovechar la luz natural y apagar todas las luces innecesarias.
• Instalar detectores de movimiento en las zonas comunes si se vive en una casa o adosado.
• Mantener los sistemas de calefacción y refrigeración en buen estado: purgar los radiadores al menos una vez al año, revisar el mantenimiento periódico de la caldera, encender de vez en cuando el aire acondicionado en verano, limpiar los filtros, etcétera.
• No cubrir los radiadores. También se puede utilizar una placa cerámica específica que sirva para distribuir el calor de forma no direccional. Cerrar las válvulas de aquellas estancias cerradas.
• Ventilar antes de encender la calefacción, a primera hora, y no abrir más de 10 minutos. Bajando las persianas en cuanto anochezca se aprovecha en mayor medida el calor que han dejado los rayos del sol.
• Mantener la casa a una temperatura estable en lugar de apagar y encender a tope la calefacción cuando se sienta frío.
La flexibilización de los horarios de trabajo (que permita a los empleados acabar antes) también podría resultar muy eficaz para evitar tanto los efectos en el consumo como los que perjudican nuestra salud, concluyen desde Acierto.com