Cerca de doscientas personas -informa la Fundación Renovables- han participado en un encuentro en el que "representantes de las ciudades europeas pioneras en la implantación de esquemas de reducción de emisiones", así como miembros del Ayuntamiento de Barcelona y de la propia Fundación Renovables han intercambiado experiencias y han presentado sus hojas de ruta para alcanzar un sistema energético más eficiente, democrático y justo. En la inauguración, Janet Sanz, teniente de alcalde de Ecología, Urbanismo y Movilidad de Barcelona ha señalado que “no es un camino fácil, pero trabajamos por una ciudad más sostenible, más humana y para la gente” y ha destacado “la importancia de que desde la ciudadanía se lleven a cabo prácticas concretas que fomenten la transición energética”, una transición en la que la electricidad está llamada a ser el principal vector de cambio.
Beltrán
Por su parte, el presidente de la Fundación Renovables, Domingo Jiménez Beltrán, ha felicitado al Ayuntamiento de Barcelona por estar en esa línea de trabajo hacia la sostenibilidad junto a las capitales líderes en este camino y ha añadido que el futuro será de las "ciudades emisiones cero”. Para Jiménez Beltrán, los pilares de la transición energética son “propósitos ambiciosos, poder ilusionante y una hoja de ruta sólida". Las ciudades -ha añadido- se están convirtiendo "en los espacios de mayor avance en la lucha contra el cambio climático y en verdaderos laboratorios de sistemas energéticos más justos y sostenibles”. El presidente de la Fundación ha concluido recordando que las prioridades actuales son "cambiar la regulación del autoconsumo, modificar la legislación del sistema eléctrico para propiciar el ahorro y las renovables y trabajar en una ley de cambio climático".
Ciudades con futuro
A continuación, ha intervenido el vicepresidente de la Fundación Renovables, Fernando Ferrando, que ha presentado el documento “Ciudades con futuro”, que parte de “la consideración de la energía como un derecho, como un bien de utilidad pública y no como el negocio de unas pocas empresas”. Ferrando ha recordado que “las ciudades suponen el 75% del consumo de energía, pero que tenemos un potencial de ahorro por mejora de la eficiencia del 50%”. Como ya lo había hecho Janet Sanz, el vicepresidente de la Fundación se ha referido también a la pobreza energética, señalando que, “si la energía, que es un bien esencial, no llega a todo el mundo, eso es una prueba de que el sistema no funciona”. Por fin, ha subrayado que “las carencias del sistema eléctrico no son por olvido o error sino por una desidia programada”.
Pioneros
Los representantes de Copenhague (Dinamarca), Grenoble (Francia) y Frankfurt (Alemania), ciudades todas que pasan por ser pioneras en el escenario del cambio energético, han expuesto -informa la Fundación- sus ejes de su actuación, haciendo referencia tanto a la intención de su acción como a las medidas concretas adoptadas o los obstáculos encontrados en el camino. Todos han coincidido en que se están dinamizando diálogos importantísimos sobre la organización económica y social de sus ciudades, involucrando a un número creciente de ciudadanos y ciudadanas y discutiendo sobre el tejido económico de las mismas, así como sobre la garantía de un servicio básico universal como es la energía.
Primera capital neutra en carbono
Jørgen Abildgaard, director ejecutivo de Cambio Climático de Copenhague, ha explicado la experiencia de la capital danesa y su hoja de ruta para alcanzar el objetivo 100% renovable y convertirse así en la primera capital neutra en carbono para el año 2025, con una batería importante de medidas muy concretas y efectivas. “El motor real de la transición en nuestra ciudad es un compromiso muy fuerte a largo plazo de todos los partidos”, ha señalado; y ha coincidido con Jiménez Beltrán en que “la única forma de llegar lejos es definir objetivos muy ambiciosos”, como ha hecho la capital danesa adelantando en 25 años la descarbonización completa que pocas capitales se han planteado y solo parcialmente. Como uno de los principios esenciales de esa política ha apuntado “el respeto del espacio urbano para el uso de los ciudadanos”.
También Vincent Fristot, teniente de alcalde de Grenoble, ha hablado del compromiso de la ciudad gala en avanzar en la reducción de emisiones desde la participación de todos los agentes sociales. “El cambio de modelo energético en nuestra ciudad ha sido posible gracias al control público de las redes de electricidad y calor”, ha indicado.
Florian Unger, jefe de Eficiencia Energética de Frankfurt, ciudad con amplia experiencia en política energética y de clima, ha destacado las medidas de eficiencia energética, como los Edificios de Consumo Casi Nulo, como la mejor herramienta para combatir la pobreza energética y llegar al objetivo de reducir un 50% su consumo final de energía para 2050 y ha señalado que “en Frankfurt todo edificio público nuevo tiene que cumplir un patrón de casa pasiva de emisiones”.
Por su parte, Claire Roumet, directora ejecutiva de Energy Cities (entidad colaboradora en la organización de la jornada) ha puesto en valor el hecho de que “el pasado año, por primera vez, hubo más inversiones en renovables que en fósiles a nivel global” y ha afirmado que “las prioridades para el cambio son devolver competencias al nivel local, democratizar el sistema energético y realizar inversiones”.
En esa línea, Cristina Castells, directora de la Agencia de la Energía de Barcelona, ha presentado el plan “Transición hacia la soberanía energética”, con el que el Ayuntamiento de la ciudad pretende dar un salto cualitativo, garantizando el acceso a la energía justa para todos los ciudadanos, acelerando las inversiones en la eficiencia energética y rehabilitación y multiplicando la generación eléctrica con fuentes renovables mediante una comercializadora municipal. Castells ha destacado que “en Barcelona los edificios suponen el 60% del consumo de energía y por ello es muy imprescindible actuar en este foco”. Respecto al papel de la ciudadanía ha manifestado que “es importante acabar con la percepción que tiene la gente de que no pueden generar energía, tenemos que generar confianza”.
Joan Herrera, Patrono de la Fundación Renovables, ha sido el encargado de moderar un intenso coloquio, al que ha puesto el punto y seguido señalando que “la transformación del sistema energético es una oportunidad para que las ciudades reconecten con la biosfera y dejen de ser meros sumideros de energía”.
Por su parte, Eloi Badia, concejal de Presidencia, Agua y Energía del Ayuntamiento de Barcelona, ha sido el encargado de la clausura la jornada destacando tres conceptos: transición, soberanía y personas. Respecto a la transición ha afirmado que “no podemos dar por bueno un modelo que ha significado un fracaso social y medioambiental”. En cuanto a la soberanía ha señalado que “las ciudades tenemos que dar un paso adelante por falta de respuesta de la administración que tenía todas las herramientas para hacerlo”. Y para concluir, ha señalado que “la última palabra es para las personas, porque, sin ellas, nada sería posible. Necesitamos que nos ayuden a liderar la transición”.
Objetivos del plan “Transición hacia la soberanía energética” del Ayuntamiento de Barcelona
• Reducir el impacto ambiental del consumo y la generación de energía, las emisiones de gases de efecto invernadero y la contaminación local a través de:
- La generación de energía solar en los tejados públicos, municipales y particulares.
- Un nuevo impulso a la energía solar térmica.
- El ahorro, la eficiencia energética y la gestión de la demanda.
- La mejora de la eficiencia energética de los edificios municipales a través de “ahorros de energía garantizados”.
- La rehabilitación y normas para los nuevos edificios basados en los criterios establecidos por la Directiva Europea para Edificios de Consumo Casi Nulo.
- El mantenimiento integral del alumbrado público.
- Redes de calefacción y refrigeración.
• Reforzar el tejido económico e industrial y promover el empleo local a través de las energías renovables y proyectos de eficiencia energética.
• Asegurar el acceso universal a la energía, eliminar de los cortes de suministro eléctrico y redestinar los recursos que actualmente se utilizan para pagar las facturas a la reducción del consumo de energía y el aumento de autoconsumo, sobre todo entre poblaciones vulnerables.
• Aumentar la participación de los ciudadanos y el liderazgo público en el gobierno de la energía.