Dinámica, montañosa, deportiva, con un patrimonio variado, la ciudad de Grenoble (160.000 habitantes, 450.000 si se incluye el área metropolitana) se ha hecho con el premio de Capital Verde Europea gracias al carácter transversal y pionero de sus acciones en favor de la transición ecológica. Es la segunda ciudad francesa que recibe este premio después de Nantes (2013), y sucede a Lahti (Finlandia), la ganadora en 2021.
Situada en el cruce de tres macizos alpinos, Chartreuse, Belledonne y Vercors, Grenoble enfrenta los retos del cambio climático, la presión del suelo, la movilidad, la calidad del aire, el agua y la vida en general, de forma pionera, fiel a su tradición de innovación y apertura. Gracias a ello, puede presumir de importantes avances en la calidad de la movilidad, el rendimiento energético y el uso sostenible del territorio. Estos son algunos de los logros que le han llevado a convertirse en Capital Verde Europea 2022.
Movilidad
• Grenoble cuenta con un plan climático local, el primero de Francia, desde 2005. Esta iniciativa, junto a otras posteriores, le han permitido reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 30% entre 2005 y 2018, según el Observatorio Auvergne-Rhône-Alpes.
• Tranvía, autobús y, próximamente, transporte por cable, han llevado a la ciudad a dotarse de una red de transporte público cada vez más completa. Grenoble fue, además, la primera gran ciudad de Francia en introducir un límite de velocidad de 30 km/h y en 2019 se convirtió en la mayor zona de bajas emisiones (ZFE) del país.
• Es, además, la mayor metrópoli de Francia en desplazamientos en bicicleta y una de las urbes de más de 100.000 habitantes con mejores instalaciones para su uso. Hasta la fecha, se han desarrollado 475 km de carreteras para ciclistas, incluidos 25 km de autopistas ciclistas Chronovélo.
Eficiencia y renovables
• La planta metropolitana de tratamiento de aguas residuales Aquapole produce suficiente biogás (procedente del tratamiento de los lodos) para hacer funcionar diariamente más de 125 autobuses del área urbana de Grenoble con BioNGV.
• La red de calefacción metropolitana, la segunda de Francia después de la de París, utiliza actualmente cerca del 80% de energía renovable y recuperada, con el objetivo de utilizar el 100% en 2030, frente al 0% de hace 60 años.
• La empresa pública local GEG (Gaz Electricité Grenoble) se propone producir 350 GWh de energía renovable de aquí a finales de 2022, lo que equivale al consumo anual de electricidad de todos los habitantes de la ciudad, gracias, sobre todo, a su parque eólico y sus centrales hidroeléctricas y fotovoltaicas.
Más árboles, menos químicos y productos de cercanía
• Desde 2008, la ciudad ha dejado de utilizar cualquier producto químico en sus espacios verdes, y desde 2019 en sus espacios públicos. Además, tiene en marcha un plan para reverdecer la ciudad que le ha llevado a plantar 5.550 árboles desde 2014, con el objetivo de añadir otros 10.000 hasta 2030.
• Al menos el 60% de los comedores escolares de la urbe se abastecen de productos ecológicos o locales. Cada año, el centro hortícola de la ciudad produce 3,5 toneladas de verduras para el comedor municipal.
• El departamento el Isère (cuya capital es Grenoble) ha lanzado una marca de alimentos locales, ishere, que garantiza el origen geográfico del producto transformado y de los ingredientes agrícolas, una remuneración justa para los productores y métodos de producción respetuosos con el medio ambiente.
• Grenoble es la primera gran ciudad de Francia que ha creado un sistema de recogida de residuos alimentarios y más de 200.000 habitantes de la metrópoli ya reciclan sus residuos alimentarios. El objetivo es que el 100% de la población esté cubierta por este sistema en 2022.