El registro de certificación energética de la Comunidad Autónoma de Aragón ha recibido en los siete meses de vigencia de la norma (Decreto 46/2014, de 1 de abril, del Gobierno de Aragón, por el que se regulan actuaciones en materia de certificación de eficiencia energética de edificios y se crea su registro) 19.843 solicitudes de inscripción. Pues bien, de estas solicitudes -informa el Gobierno de Aragón-, 5.787 ya se han resuelto favorablemente –o sea, que se ha seguido el procedimiento correctamente y que la documentación aportada es la necesaria- y han quedado inscritas definitivamente en el registro. De esos 5.787 certificados inscritos, el 74,6% corresponde a alquileres; el 24%, a ventas; el 0,8%, a edificios públicos; y el 0,6%, a nuevas construcciones. El 99,4% es relativo a edificios existentes, mientras que solo el 0,6 se debe a construcciones nuevas. La mayor parte de ellas, el 84%, son pisos. En cuanto a los técnicos competentes que firman los certificados -informa el Ejecutivo aragonés-, el 31% son arquitectos técnicos; el 28%, ingenieros técnicos; el 23%, arquitectos; y el 17%, ingenieros industriales. El programa informático más utilizado es el CE3X.
Porcentaje de edificios, según la calificación energética obtenida (informa el Gobierno de Aragón)
Atendiendo al consumo de energía (kWh/m2 año)
Clase E: 55,53% de los edificios incluios en el registro
Clase G: 18%
Clase D: 12%
Clase F: 10%
Clase C: 4%
Clase B: 0,4%
Clase A: 0,07%
Atendiendo a las emisiones (kg CO2/m2 año)
Clase E: 52,2%
Clase G: 17%
Clase D: 14%
Clase F: 11,2%
Clase C: 5%
Clase B: 0,4%
Clase A: 0,2%
¿Demora deliberada en la aprobación del CTE?
Según el comunicado difundido ayer por el Gobierno de Aragón, "al igual que sucede en el resto de España, predominan las letras E y F". Si, como se indicaba anteriormente, el 99,4% de inscritos corresponde a edificios existentes, se trata en su mayoría de estructuras construidas antes del año 2006 con arreglo a la Norma NBE-CT-79, normativa en la que únicamente se hacía hincapié en el aislamiento. El nuevo Código Técnico de la Edificación (CTE), cuyo cumplimiento garantiza al menos la letra E, entró en vigor a finales de septiembre de 2006, es decir, una vez ya habían hecho todas sus fortunas los señores del ladrillo e instantes antes de pasar del bum al crac de la construcción en España. Y entró en vigor en el penúltimo minuto de la prórroga pese a que la Ley 38/1999 de 5 de noviembre de Ordenación de la Edificación insta "al Gobierno para que en el plazo de dos años apruebe un Código Técnico de la Edificación" (la ley es, como se ve, de 1999).