Mientras el resto del mundo trata de poner coto a la crisis climática y a la pérdida de biodiversidad, el presidente de Argentina, Javier Milei, que mantiene posiciones negacionistas con respecto al cambio climático, se desplazará esta semana a Estados Unidos para reunirse con el presidente electo, Donald Trump -un gesto muy elocuente sobre las preferencias de la administración argentina en este asunto-, que ya en su primer mandato retiró al país norteamericano del Acuerdo de París.
Aunque, en principio, la bomba de humo argentina lanzada el martes solo implica que el país no participará físicamente en las negociaciones climáticas de Bakú, no puede descartarse que el Gobierno argentino se vea seducido por el lado oscuro tras la reunión que Milei mantendrá con el histriónico magnate estadounidense, lo que podría desembocar también en la retirada de Argentina del Acuerdo de París.
Sobre el abandono de la delegación argentina, desde Buenos Aires han evitado entrar en polémicas. "Es parte de las medidas que empieza a tomar el canciller -el ministro de exteriores- en su nuevo rol", ha declarado el principal portavoz del Ejecutivo, Manuel Adorni, que en rueda de prensa ha apuntado que "no hay mucho más que contar", según recoge Europa Press.
El presidente argentino cesó a finales de octubre a la anterior ministra de Exteriores, Diana Mondino, como represalia por una votación en la ONU en la que Argentina se posicionó en contra del embargo de Estados Unidos sobre Cuba. Tras la polémica, Milei prometió depurar el gabinete de "traidores". Quizá la visita de Milei a Trump y la retirada de la COP29 sirva para enmendar este "error" y para que Argentina se integre definitivamente en el eje negacionista.