La estimación que había realizado el grupo de expertos independientes de las necesidades reales para hacer frente a la emergencia climática y que se menciona en el propio texto aprobado era de 1,3 billones de dólares, lo cual pone de manifiesto -recuerdan desde Alianza por la Solidaridad- lo "claramente insuficiente" de la cifra aprobada. La organización señala además que no se menciona de forma explícita que esta financiación se desembolse vía subvenciones y con fondos públicos, tal y como demandaban los países del sur global y la sociedad civil, "sino que abre la puerta a ampliar lo que se puede contabilizar cómo financiación climática". Así, las operaciones e inversiones del sector privado, los flujos de bancos multilaterales de desarrollo, y otras operaciones y “fuentes alternativas” se podrán contabilizar -advierte AcionAid- como parte de la financiación climática para los países en desarrollo: “esto implica que no priorizar las subvenciones como vía de desembolso de esta financiación va a incrementar la deuda de los países del sur global que ya se enfrentan a crisis de deuda”, según Isabel Iparraguirre, responsable de Transición Ecológica en Alianza-ActionAid.
Isabel Iparraguirre, responsable de Transición Ecológica en Alianza-ActionAid: "se suponía que esta CoP29 serviría para desbloquear el dinero que necesitaban los países en desarrollo para la acción climática, pero no ha sido así. Los países del norte global no han sido capaces de acordar una cifra adecuada que responda al reto de la emergencia climática que refleje un compromiso claro con los países del sur global y lo recogido en el Acuerdo de París. (...).
Teresa Anderson, responsable global de Justicia Climática de ActionAid International (desde Bakú): "este texto no vale el papel en el que está escrito. Superficialmente, las cifras pueden parecer más grandes que el objetivo anterior de financiación climática de 100.000 millones. Pero si rascamos la superficie, esto está lleno de préstamos. Con el fin de aumentar artificialmente las cifras, está tratando de contar todo, en todas partes a la vez, al tiempo que traslada la carga a los países en desarrollo”
Qué ha pasado con los otros temas, según Alianza por la Solidaridad-Action Aid
En relación al objetivo relacionado con la creación del Pondo para Pérdidas y Daños, finalmente -advierten desde la oenegé- no se ha incluido ningún subobjetivo "ni nada demasiado concreto sobre cómo implementar este compromiso que se alcanzó el año pasado". En ese sentido, Action Aid lamenta que este asunto “apenas haya sido tratado en esta CoP29 y apenas se menciona en el texto de NCQG” (New Collective Quantified Goal*).
El NCQG es un elemento clave del Acuerdo de París, que fue diseñado para establecer un nuevo objetivo financiero para apoyar a los países en desarrollo en sus acciones climáticas post-2025. El NCQG, que busca colmar las lagunas persistentes en la financiación climática, partía del objetivo de 100.000 millones de dólares fijado en 2009, con el objetivo de proporcionar un marco financiero más realista y ambicioso.
En cuanto al Objetivo Global de Adaptación, se buscaba duplicar la financiación para la adaptación para el 2025. Pero al estar vinculado también a la negociación del New Collective Quantified Goal, los fondos que se van a destinar a adaptación -apuntan desde Alianza por la Solidaridad- han quedado "muy por debajo de las estimaciones reales de lo que se necesitaba acordar para que los países del sur más afectados por la emergencia climática puedan destinar a adaptación".
Otro "retroceso" (así lo califica Action Aid) es que el texto sobre mitigación no ha incluido "ninguna mención a combustibles fósiles, ni siquiera a su eliminación gradual", como sí se hizo el año pasado.
En cuanto a la cuestión de los mercados de carbono, a pesar de que al inicio de la Cumbre se consiguió dar un impulso a un acuerdo sobre el Artículo 6 y los mercados de carbono, que no se había podido cerrar en las anteriores cumbres del clima, este mecanismo sigue generando "grandes dudas", según esta oenegé.
Isabel Iparraguirre, responsable de Transición Ecológica en Alianza-ActionAid: “son mecanismos que lo que llevan es a retrasar la acción climática, a que los países y sectores más contaminantes sigan operando como siempre, emitiendo Gases de Efecto Invernadero y buscando maneras de compensarlo, aunque sea sobre el papel. No contribuye a que se tomen las medidas necesarias para cambiar el modelo económico, de producción y consumo y promover las transformaciones necesarias para cumplir con el Acuerdo de París y resolver el problema de la crisis climática”
Además -recuerdan desde Action Aid-, en el pasado ha habido un problema con la doble contabilidad: "tanto los países que compraban los bonos de carbono como el país que los emitía contabilizaban la reducción de emisiones".
Por otra parte -advierten desde esta oenegé-, se ha comprobado que algunos de los proyectos que se financiaban con los bonos no suponían esas reducciones de emisiones que se prometían, o que habían sido ineficientes.
El papel de las mujeres
Durante la CoP29 se ha buscado hacer visible el impacto diferenciado del cambio climático en mujeres y niñas y en promover su participación y liderazgo, y el acceso a fondos y fuentes de financiación. "Sin embargo -lamenta la Alianza por la Solidaridad-, no se ha logrado que el enfoque de género se integre de forma adecuada y transversal en las propuestas".
Más aún: durante la Cumbre Mundial del Clima de Bakú -denuncia Action Aid-, algunos países han presionado para que no aparecieran menciones explícitas al género en el texto (Arabia Saudí, Irán, Egipto, Rusia y el Vaticano) y ello ha retrasado avances en la negociación y en la actualización del Gender Action Plan (GAP).
Alianza-ActionAid reivindica (y así lo ha hecho en Bakú) que las mujeres tengan representación en los espacios de toma de decisión respecto a la acción climática, las políticas de mitigación, adaptación o de las negociaciones climáticas.
Según ONU Mujeres, en esta CoP29 en Bakú, solo había 8 mujeres (de 78) en la foto que reunía a todos los líderes mundiales. Además, solo 6 de los 78 líderes gubernamentales han mencionado el impacto climático en las mujeres, y 4 de ellos eran mujeres.