Es el signo del cambio de los tiempos. Bakú, que fue el corazón petrolífero de la extinta Unión Soviética, apuesta ahora por la flexibilidad limpia, una estrategia que recurre a una variedad de herramientas para aprovechar al máximo la energía renovable y garantizar la estabilidad de la red a medida que se realiza la transición hacia un futuro energético limpio y electrificado.
Y es que las energías renovables son el corazón de un sistema de energía limpia, pero la flexibilidad es la llave para que este modelo renovable siga funcionando sin problemas, equilibrando constantemente la oferta y la demanda en tiempo real para mantener la estabilidad de la red, señalan los expertos de Ember Climate.
Este enfoque aprovecha al máximo la electricidad renovable almacenando parte de esa electricidad verde para su uso posterior, trasladando la demanda no crítica a períodos de suministro abundante y compartiéndola en una red ampliada allí donde se necesite más. Al mismo tiempo, la flexibilidad limpia optimiza el suministro de activos de generación totalmente flexibles que pueden apagarse fácilmente cuando hay exceso de energía solar y eólica.
Dave Jones, director de información global de Ember: "La COP29 podría brindar una plataforma única para debatir cómo la flexibilidad limpia puede contribuir a que la transición hacia la energía solar y eólica sea rápida, barata y segura".
¿La COP de flexibilidad limpia?
Pues bien, el informe de Ember Climate, titulado '¿La COP de flexibilidad limpia?' desgrana las propuestas de red, almacenamiento e hidrógeno que se analizarán en la COP29 para mostrar su viabilidad y valorar en qué medida existe la oportunidad de ampliar la agenda de flexibilidad limpia en la COP29 para ayudar a triplicar la capacidad renovable global, el loable objetivo alcanzado en la COP28 de Dubái.
La versión corta de las conclusiones del mencionado informe apuntan a que en primer lugar, los analistas de Ember concluyen que el objetivo de almacenamiento es "alcanzable con seguridad y probablemente demasiado modesto", pero que el objetivo de la red eléctrica "requerirá los mayores esfuerzos". Por otra parte, consideran que la expansión de los electrolizadores de hidrógeno "es muy incierta" al ser una tecnología todavía inmadura.
Y la versión larga es la siguiente, desglosada en cada uno de los elementos de esta estrategia llamada a liberar el potencial de las energías renovables.
Almacenamiento
Según los expertos, el aumento de la capacidad de fabricación de baterías puede satisfacer el objetivo de almacenamiento ocho veces más pero, para alcanzar el objetivo de almacenamiento de 1.500 GW para 2030 se necesitarían, en promedio, 176 GW de almacenamiento instalados por año. Dado que las baterías se miden en términos de potencia y energía, cuatro horas de almacenamiento de 176 GW equivalen a 704 GWh en términos de energía, y la capacidad de fabricación de baterías del mundo en 2025 puede superar la demanda en 6000 GWh.
Por lo tanto, desde Ember apuntan a que existe potencialmente una capacidad de suministro de fabricación ocho veces mayor que la que se necesitaría para alcanzar el objetivo de almacenamiento de 1.500 GW. Además, subrayan que el objetivo se hace más viable gracias a una caída del 39% en los precios de las baterías de litio LFP en los 12 meses previos a septiembre de 2024, y a un aumento del interés por las instalaciones combinadas de baterías y energía solar. Por ejemplo, el 75% de los nuevos proyectos solares de servicios públicos propuestos en Estados Unidos el año pasado se planificaron con baterías.
Redes Eléctricas
El nuevo objetivo de red para 2030 requiere que la tasa de construcción aumente en un 50%, recuerdan los analistas de Ember. De hecho, la Presidencia de la COP29 se ha propuesto como nuevo objetivo añadir o renovar 25 millones de kilómetros de redes para 2030, en relación con 2021. Esto significaría construir o renovar 2,7 millones de kilómetros al año, un 50% más que los 1,8 millones de kilómetros construidos de media en la última década (aunque esto no incluye los renovados).
Hidrógeno verde
Aunque los electrolizadores de hidrógeno tienen el potencial de multiplicarse por 100 para 2030, actualmente, solo funcionan unos 5 GW de electrolizadores. Sin embargo, la capacidad mundial de implementación y fabricación de electrolizadores indica que es posible que se produzca una importante expansión. Se ha anunciado la construcción de 516 GW de proyectos de electrolizadores para 2030, aunque solo se ha tomado una decisión de inversión financiera para 20 GW (esta cifra es similar a los 558 GW de la vía Net Zero de la Agencia Internacional de la Energía [AIE]). Por otro lado, también se ha anunciado la construcción de 166 GW/año de capacidad de fabricación de fábricas de electrolizadores para 2030 (la AIE muestra que se necesitan 179 GW/año para 2030 para alcanzar su objetivo de 558 GW).
En resumen
A la luz del análisis de Ember, está claro que el objetivo de la COP29 en materia de almacenamiento es necesario y alcanzable, mientras que las redes y el hidrógeno necesitarán atención adicional. Ahora, la tarea de la COP29 no es sólo lograr un consenso sobre los objetivos de almacenamiento y de la red, sino provocar un cambio más amplio para que los gobiernos se centren en la flexibilidad limpia. Al crear una plataforma para una flexibilidad limpia, la COP29 puede crear el entorno propicio para triplicar la capacidad renovable mundial para 2030 en camino hacia un sistema energético global verdaderamente descarbonizado capaz de ofrecer un futuro sostenible y próspero para todos.
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