La organización Alianza por la Solidaridad-ActionAid alerta de que los compromisos para la adaptación del cambio climático en los países más vulnerables son del todo insuficientes ha difundido un primer comunicado de valoración del borrador de acuerdo final de la Cumbre Mundial del Clima en el que considera que el texto que está ahora mismo sobre la mesa es "decepcionante". Para Alianza-ActionAid es fundamental que los países que han contribuido y contribuyen más a la crisis climática tomen "medidas decisivas para hacer frente a la escasez de agua y alimentos y los efectos sobre la salud que están provocando los impactos climáticos, y que están sumiendo en una pobreza aún mayor a los grupos vulnerables, especialmente a las mujeres y niños".
La oenegé llama la atención igualmente sobre la necesidad de tener un plan real para la reducción y eliminación del uso de combustibles fósiles. En este sentido -advierte-, los esfuerzos de presentar un texto sobre su eliminación progresiva y un nuevo objetivo para las energías renovables pueden quedarse en “palabras vacías”. Entre otras muchas cosas por mor del lenguaje “deliberadamente confuso”, que "no termina de concretar una verdadera eliminación de estos combustibles; con lo que la industria fósil puede continuar como hasta ahora". Según la responsable de Transición Ecológica de Alianza-ActionAid, Isabel Iparraguirre, “con la ampliación de las tecnologías de captura y almacenamiento de carbono y comprando todas las compensaciones que existen bajo el sol, es muy probable que el objetivo que se acuerde apenas afecte a los mayores contaminadores globales".
La financiación
Desde Alianza por la Solidaridad - ActionAid apelan también a la financiación. "Una eliminación mundial de los combustibles fósiles que no esté respaldada por ayuda financiera para los países en desarrollo, muchos de los cuales ya están atrapados en ciclos destructivos de deuda y extracción, hará imposible cumplir con el objetivo”, ha dicho Iparraguirre.
Durante la CoP28, ActionAid ha publicado un nuevo informe sobre cómo los flujos financieros europeos contribuyen a la crisis mundial, a pesar del llamamiento de la UE para avanzar en su regulación a nivel global. En este sentido, la investigación muestra que las industrias fósiles y de agricultura industrial en el Sur Global están recibiendo 4 veces más financiación de los bancos europeos que lo que los gobiernos están recibiendo como financiación climática por parte de la UE.
Desde la firma del Acuerdo de París, los bancos europeos han proporcionado 327.000 millones de dólares (281.000 millones de euros) de financiación a estas actividades en el Sur Global. Entre los principales bancos europeos que financian la crisis climática (véase tabla aledaña) se encuentran BNP Paribas, Société Générale, Crédit Agricole, Deutsche Bank y Santander.
Mientras la UE ha hecho un llamamiento a las negociaciones en la CoP28 para que avance en la paralización de los flujos financieros perjudiciales para el clima en virtud del artículo 2.1c del Acuerdo de París, que promueve que "la financiación sea compatible con una trayectoria hacia un nivel bajo de emisiones de gases de efecto invernadero y un desarrollo resistente al clima”, su propio sector financiero -sostiene el informe- sigue inyectando fondos en combustibles fósiles y otros sectores intensivos en carbono.
Teresa Anderson, coautora del informe: "el dinero del mundo está fluyendo en la dirección equivocada. Los bancos afirman que están abordando el cambio climático, pero su financiación continuada de los combustibles fósiles y la agricultura industrial está condenando a comunidades de África, Asia y América Latina a una cruel combinación de falta de tierras, deforestación, contaminación del agua, etc. Los flujos financieros europeos son gran parte del problema, ya que canalizan muchos más fondos hacia las causas del cambio climático en el Sur Global que hacia las soluciones. La UE está predicando con agua mientras sigue bebiendo vino”
Alianza-ActionAid considera en todo caso que la CoP28 aún constituye "una oportunidad clave para enmendar los flujos financieros que dañan el clima del planeta, sin que sirva de excusa para que la UE y otros países ricos eludan su responsabilidad de financiar las soluciones".