"Vamos a hablar con el secretario general de la ONU para que la próxima CoP se haga en Brasil, en la Amazonía", ha anunciado Lula en su cuenta de Twitter. Posteriormente, el portal de noticias G1 ha adelantado que Lula Da Silva ha añadido, de viva voz, que Brasil aspira a acoger la Cumbre de 2025. De esta manera, las delegaciones internacionales podrían conocer -ha señalado- la "realidad concreta" de una región catalogada habitualmente como el pulmón del planeta. El presidente brasileño ha viajado estos días a la CoP27 de Sharm el Sheij (Egipto) en su primera visita al extranjero tras las elecciones. Brasil ya se había propuesto como sede de la COP25, en 2019, pero la llegada al poder de Bolsonaro implicó la retirada del gigante suramericano como anfitrión de un foro que se trasladó inicialmente a Chile y, debido a las protestas, recaló finalmente en España. "Brasil está de vuelta en el mundo", ha subrayado el presidente electo de Brasil en sus redes sociales, sin aludir directamente a su rival en los últimos comicios, al que ha recriminado en reiteradas ocasiones su ausencia de políticas claras en defensa del medio ambiente y contra el cambio climático.
La Amazonía (o Amazonia) es la mayor región de bosque tropical del planeta. Desde 1970 se ha perdido solo en Brasil una superficie forestal más grande que toda Francia, según Greenpeace. La ganadería ha sido la responsable de la mayoría de esta deforestación. La Amazonía brasileña perdió 8.712 kilómetros cuadrados de selva el año pasado, que ha sido, según Greenpeace, el segundo peor dato de los últimos 13 años. En la década de los 90 la selva absorbía 2.000 millones de toneladas de CO2. En 2021 la región emite más CO2 del que absorbe.