Los líderes impulsores de la Alianza Internacional para la Resiliencia ante la Sequía se han comprometido en Egipto -informa Naciones Unidas- a impulsar un cambio en la forma en que el mundo aborda los crecientes riesgos de sequía: pasar de la respuesta de emergencia a la construcción de resiliencia a largo plazo. Los promotores de esta iniciativa reconocen que las sequías golpean con mayor frecuencia y más fuerza que antes y prevén que el cambio climático provocará sequías más severas en el futuro. Las sequías recientes en Australia, Europa, el oeste de los Estados Unidos, Chile, el Cuerno de África y el sur de África muestran -informa Naciones Unidas- que ningún país o región es inmune a sus impactos, que ascienden a miles de millones de dólares cada año, sin mencionar el sufrimiento humano. Pues bien, en ese marco conceptual y de plena asunción de un problema de creciente gravedad (Europa acaba de vivir el verano más seco de los últimos 500 años), los presidentes Pedro Sánchez Pérez-Castejón y Macky Sall han reunido a los líderes mundiales para crear la Alianza como “una solución específica para las Naciones Unidas” a los impactos del cambio climático.
«somos tan resistentes al cambio climático como nuestra tierra. Desarrollar resiliencia ante los desastres causados por sequías es la forma de asegurar los logros que obtenemos en cada objetivo de desarrollo sostenible, en particular para las personas más vulnerables. La misión de la alianza es dar impulso político para hacer realidad la resiliencia de la tierra ante la sequía y el cambio climático para 2030»
La sequía en números
• La sequía representa el peligro más grave para el ganado y los cultivos en casi todas las partes del mundo, y se encuentra entre las mayores amenazas para el desarrollo sostenible, especialmente en los países en desarrollo, pero también cada vez más en las naciones desarrolladas.
• Según el último informe Drought in Numbers compilado por UNCCD, las sequías han aumentado en frecuencia en un 29% desde 2000, con unos 55 millones de personas afectadas cada año.
• El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) proyecta que las sequías serán más frecuentes, severas y duraderas. El cambio climático tiene gran parte de la responsabilidad, pero también la forma en que gestionamos nuestros recursos de tierra y agua.
• El IPCC estima que tres de cada cuatro personas en el mundo vivirán en condiciones más secas y con escasez de agua para 2050.
• Entre 1900 y 2019, las sequías afectaron a 2700 millones de personas en todo el mundo y causaron 11,7 millones de muertes.
• De 1998 a 2017, la sequía generó pérdidas económicas de alrededor de US$124 mil millones en todo el mundo, sin mencionar el costo en vidas y sufrimiento humano.
• La sequía es un motor de la migración: los déficits de agua explican el 10% del aumento de la migración total.
• El último informe del IPCC proyecta que para 2030, la sequía desplazará a 700 millones de personas solo en África.
• Para 2040, se estima que uno de cada cuatro niños vivirá en áreas con escasez extrema de agua
• Hasta 216 millones de personas podrían verse obligadas a migrar para 2050, en gran parte debido a la sequía en combinación con otros factores, como la escasez de agua, la disminución de la productividad de los cultivos, el aumento del nivel del mar y la sobrepoblación.
A pesar de todo, las soluciones están disponibles, según el secretario ejecutivo de la Convención de las Naciones Unidas para Combatir la Desertificación, Ibrahim Thiaw: “estamos en una carrera por la resiliencia a la sequía, y es una carrera que podemos ganar. La sequía -ha dicho Thiaw- es un peligro natural, pero no tiene por qué conducir a un desastre humano. Las soluciones están disponibles y podemos crear un mundo resistente a la sequía aumentando nuestra ambición, aprovechando la voluntad política y uniendo fuerzas para actuar juntos”
Según recoge en un comunicado Naciones Unidas, la Alianza se verá reforzada por nuevos compromisos políticos, incluido un fondo inicial de 5 millones de euros anunciado por España, coorganizador del evento con Senegal, para apoyar el trabajo de la Alianza y catalizar un proceso para movilizar más recursos para esta agenda, y un compromiso asumido por el presidente de Kenia, William Ruto, de plantar 5 mil millones de árboles en los próximos 5 años y 10 mil millones de árboles en 10 años.
La Alianza hace un llamamiento a los líderes "para que hagan de la resiliencia a la sequía una prioridad en el desarrollo y la cooperación nacionales, incluida la profundización del compromiso de las partes interesadas, como el sector privado, en el trabajo sobre la resiliencia a la sequía".
Entre los objetivos clave de la Alianza está promover la consolidación de iniciativas regionales para acelerar el intercambio de innovación, la transferencia de tecnología y la movilización de recursos.
La Alianza también colaborará con otras plataformas, incluida la iniciativa lanzada por el secretario general de las Naciones Unidas y la Organización Meteorológica Mundial (OMM), "para lograr la cobertura universal de los sistemas de alerta temprana e iniciativas regionales para aprovechar al máximo los beneficios de trabajar juntos en la resiliencia a la sequía".
Según los impulsores de la Alianza, desarrollar resiliencia a la sequía presenta una oportunidad "para reducir significativamente los altos costos humanos, sociales y económicos de la sequía" (estos van desde la pérdida de vidas, medios de subsistencia y biodiversidad, hasta la inseguridad alimentaria y del agua, la interrupción de los sectores de la energía, el transporte y el turismo, así como la migración forzada, el desplazamiento y los conflictos por los escasos recursos).
Apoyan la iniciativa 31 países (aquí están todos), organismos varios de Naciones Unidas y varias organizaciones no gubernamentales como The Nature Conservancy o WWF.