Alicia Pérez-Porro es bióloga marina, presidenta de la Asociación de Científicos Españoles en EEUU, presidenta de la Red de Investigadores Científicos en el Extranjero (RAICEX), profesora adjunta de ciencias ambientales en Baruch College (CUNY, Nueva York, EEUU) e investigadora asociada al Museum of Natural History (Smithsonian Institution, Washington DC, EEUU). Curriculum no le falta, pese a su juventud, como es también el caso de sus 12 compañeras, que han acudido a Madrid con motivo de la COP25 para dar visibilidad a la importancia del liderazgo femenino frente a la emergencia climática.
En España, explicaron en un encuentro con periodistas mantenido el jueves, sólo el 18% de los galardones de ciencia recaen en mujeres y hasta un 63% de españoles cree que las mujeres no sirven para ser científicas de alto nivel. Si nos centramos en las conferencias del clima, de los 11.306 participantes de la COP24, solo el 38% eran mujeres (de la 25, a la que han acudido unas 30.000 personas, todavía no hay datos) y solo el 27% de los líderes de esas delegaciones eran mujeres. Queda claro que los números femeninos se reducen cuando hablamos de puestos de liderazgo.
Ellas están demostrando lo erróneo de esta postura. Biólogas marinas, expertas en diplomacia científica, oceanógrafas, investigadoras… Todas son participantes de Homeward Bound, programa internacional de liderazgo y empoderamiento para mujeres del ámbito científico para hacer frente a los problemas de sostenibilidad a los que se enfrenta el planeta. Acciona patrocina la iniciativa y lleva tres años dando visibilidad a este programa, en el que han participado ya más de 400 mujeres.
Lo que más les ha impactado de esta experiencia, explicaban a los periodistas, "es el potencial que tenemos las mujeres si juntas nos proponemos un objetivo común. Estamos sobradamente preparadas, pero necesitamos la fortaleza de los números. Estamos acostumbradas a tener muy pocas mujeres en el top de las industrias, de los gobiernos. Sin embargo, cuando todas lideramos a la vez , se genera un liderazgo nuevo. Un liderazgo diferente al tradicional, más solidario, más colaborativo, de visión a largo plazo".
En cuanto al viaje en sí a la Antártida, su recorrido comenzó el 22 de noviembre y les permitió ver en primera persona qué es lo que está pasando en este "termómetro del planeta" a consecuencia del calentamiento global, donde son "especialmente evidentes" los cambios. Pudieron comprobar el retroceso de los glaciares y ver como pingüinos y aves están perdiendo sus hábitats a consecuencia del deshielo.
Permanecieron allí dos meses, y con los que vieron, no tienen la menor duda de que "estamos ante una emergencia climática". Ahora son embajadoras de la Antártida, y han vuelto de este sexto continente, que no tiene dueño (se rige por un acuerdo internacional, el Tratado Antártico) de la necesidad de cuidarlo al máximo y poner en marcha cuanto antes la iniciativa que pide proteger las áreas marinas de la península antártica.
"Vamos empujar para ello", concluyeron estas 13 integrantes de Homeward Bound, cuyo objetivo es crear una red internacional de 1.000 profesionales destacadas trabajando en diferentes áreas STEMM (ciencia, tecnología, ingeniería, matemáticas y medicina) en un plazo de diez años, para que colaboren en proyectos de diversos ámbitos científicos y geográficos, dando a conocer a las mujeres científicas e impulsando el liderazgo femenino, como la mejor manera de enfrentarse a los retos futuros y a la creación de un planeta más sostenible