Los activistas irrumpieron el sábado en el espacio que ocupa Endesa en la zona verde con mensajes explícitos escritos en sus cuerpos, como “No sois verdes”, “Stop greenwashing” o “Dinero o vida”. E iban con los ojos vendados como símbolo de solidaridad con la lucha anónima de colectivos locales, a menudo silenciados, contra las grandes empresas por todo el mundo.
De esta manera Extinction Rebellion ha querido denunciar a grandes corporaciones como Endesa, a las que acusan de "ser líderes en contaminación" y "haber aprovechado la COP25 para blanquear su imagen, patrocinando la cumbre como solicitó el Gobierno". Según el Ministerio de Transición Ecológica, el patrocinio de empresas ha aportado entre 10 millones y 12 millones de euros.
Acciona, Endesa, Engie e Iberdrola —las cuatro grandes energéticas— participan en la llamada categoría Diamante, el grupo de mayores empresas patrocinadoras de la cumbre, con 2 millones de euros cada una. Endesa, en concreto, ha organizado varios actos, actividades oficiales y eventos paralelos durante toda la cumbre.
Extinción Rebelelión acusa a esta compañía no solo de ser "la empresa española más contaminante", si no, además, de "saltarse a ley catalana de pobreza energética y ser responsable de injusticias sociales en Chile por sus políticas de construcción de presas e infraestructuras que desplazan a las poblaciones indígenas nativas".