La difícil cuestión de proporcionar apoyo financiero a las comunidades, incluidas las desplazadas, que han sufrido pérdidas y daños como resultado de la crisis climática, centrará la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Clima. En un documento titulado ‘Obligadas a abandonar sus hogares’, Oxfam señala que, hoy en día, es tres veces más probable que las personas se vean forzadas a dejar sus hogares por ciclones, inundaciones o incendios forestales que por conflictos, y hasta siete veces más que por terremotos o erupciones volcánicas. Es decir, que los desastres provocados por el clima son la principal causa de desplazamiento interno a nivel mundial.
Aunque nadie es inmune –los incendios e inundaciones que en las últimas semanas han asolado Australia y Europa respectivamente han provocado el desplazamiento de miles de personas–, el análisis de Oxfam muestra que las personas en países pobres, que son quienes menos han contribuido a la contaminación provocada por el CO2, son las que se encuentran en situación de mayor riesgo.
Siete de los diez países donde existe mayor riesgo de desplazamiento interno como consecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos son pequeños Estados insulares en desarrollo. Entre los años 2008 y 2018, de media, cerca del 5% de la población de Cuba, Dominica y Tuvalu se vio obligada a desplazarse cada año como consecuencia de condiciones meteorológicas extremas. Esto equivale a casi la mitad de la población de Madrid. Las emisiones per cápita de los pequeños Estados insulares en desarrollo suponen un tercio de las emitidas por los países de elevados ingresos.
El impacto desigual de la crisis climática en todo el mundo es evidente. La población de países de renta media-baja y baja, como la India, Nigeria y Bolivia, tiene cuatro veces más posibilidades de verse obligada a desplazarse como consecuencia de desastres ocasionados por condiciones meteorológicas extremas que las personas que viven en países ricos como los Estados Unidos.
Cerca del 80% del total de personas desplazadas durante la última década residen en Asia. La región alberga a cerca del 60% de la población mundial, así como a alrededor de un tercio de la población mundial que vive en la pobreza extrema.
"Nuestros Gobiernos están alimentando una crisis que está obligando a millones de mujeres, hombres, niñas y niños a abandonar sus hogares”, dice José María Vera, director ejecutivo interino de Oxfam Internacional. Además, son las personas más pobres de los países más pobres quienes pagan el precio más alto".
Nuevo fondo para las poblaciones afectadas
Naciones Unidas culminará en Madrid la primera revisión del Mecanismo Internacional de Varsovia para las Pérdidas y los Daños, y los países en desarrollo presionarán a favor de la creación de un nuevo fondo que ayude a las comunidades a recuperarse y reconstruirse tras emergencias climáticas. Los países ricos han dejado que sean los países pobres quienes se hagan cargo por sí solos de los costes que han supuesto los desastres ocasionados por condiciones meteorológicas extremas y que van en aumento. El nuevo análisis de Oxfam evidencia que las pérdidas económicas consecuencia de fenómenos meteorológicos extremos durante la última década fueron, de media, equivalentes al 2% de los ingresos nacionales de los países afectados. Esta cifra es mucho mayor en el caso de muchos países en desarrollo, llegando a alcanzar un alarmante 20% en el caso de los pequeños Estados insulares en desarrollo.
“La gente está tomando las calles en todo el mundo para exigir acciones urgentes contra la crisis climática. Si la clase política desoye sus demandas, más personas morirán, pasarán hambre y se verán obligadas a abandonar sus hogares”, alerta Vera. “Los Gobiernos pueden y deben hacer que la cumbre de Madrid sea importante. Deben comprometerse a reducir las emisiones de forma más rápida y más contundente y crear un nuevo fondo para pérdidas y daños que ayude a las comunidades pobres a recuperarse de las consecuencias de los desastres climáticos”, añade.
El documento ‘Obligadas a abandonar sus hogares’ también subraya que muchos países pobres están amenazados por riesgos simultáneos y a veces interrelacionados derivados del conflicto y las emergencias climáticas. Por ejemplo, en 2018, en Somalia, uno de los países más pobres del mundo, donde las emisiones per cápita constituyen tan solo una quinta parte de las de los países ricos, el 7,5% de la población (más de un millón de personas) se ha visto desplazada recientemente debido a fenómenos meteorológicos extremos, como inundaciones, o al conflicto. Además, el país lucha por hacer frente a años de extrema sequía que han asolado los cultivos y el ganado.
Oxfam documenta que los miembros más pobres de la sociedad son los más vulnerables al desplazamiento provocado por el clima. Además, las mujeres desplazadas se encuentran en situación de especial vulnerabilidad puesto que sufren, por ejemplo, un elevado riesgo de sufrir violencia sexual.