Toyota Motor Corporation (TMC) presentó la pasada semana en el Toyota Biotechnology and Afforestation Laboratory de Aichi (Japón) varias líneas de investigación relacionadas con la movilidad sostenible, entre las que se encuentra el desarrollo de una levadura que incrementa el rendimiento de la producción de bioetanol celulósico. El objetivo es lograr que este biocarburante comience a comercializarse en 2020.
Según una nota de prensa difundida por TMC, la compañía ha usado la biotecnología para lograr una recombinación genética y fabricar “una nueva cepa de levadura que va a desempeñar un papel determinante en el proceso de fermentación para la producción de etanol celulósico”. Añaden que dicha levadura “no solo es muy eficiente en la fermentación de la xilosa, sino que también presenta una gran resistencia a sustancias inhibidoras de la fermentación, como el ácido acético”. “Como consecuencia, la levadura ha conseguido uno de los mayores niveles de densidad de fermentación del etanol del mundo (alrededor de 47 g/litro), y se espera que mejore el rendimiento del biocombustible y reduzca considerablemente los costes de producción”, concluyen.
La compañía nipona asegura que lleva a cabo investigaciones destinadas a desarrollar tecnologías integrales para los distintos procesos implicados en la producción de etanol celulósico, incluidos el pretratamiento de las materias primas, la sacarificación enzimática y la fermentación de levaduras. Con el fin de que el coste de producción se sitúe al nivel de otros combustibles líquidos, como la gasolina, trabajan también para conseguir un suministro estable de fibras vegetales, así como las tecnologías necesarias para reducir los costes de producción.
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