Investigadores de la Universidad Pública de Navarra (UPN) encabezados por la ingeniera agrónoma Ruth Sanz, del Instituto de Agrobiotecnología (centro mixto del CSIC, UPN y Gobierno de Navarra), han demostrado la viabilidad de utilizar determinadas proteínas del tabaco –denominadas tiorredoxinas (Trxs)– como herramientas biotecnológicas en plantas. Según una información de la agencia SINC, en concreto han logrado incrementar en un 700% la cantidad de almidón producido en las hojas de tabaco y en un 500% los azúcares fermentables.
El equipo de Ruth Sanz comprobó que las hojas de las plantas de tabaco modificadas genéticamente liberaban un 500% más de azúcares fermentables, que posteriormente serían convertidos en bioetanol y se podrían obtener hasta 40 litros del biocarburante por tonelada de hojas frescas, según el cálculo teórico proporcionado por el Centro Nacional de Energías Renovables, donde se realizó el ensayo enzimático. “Esto supondría un incremento del rendimiento de bioetanol de hasta diez veces con respecto a la planta de tabaco control sin transformar”, señala Sanz.
“Creemos que estas plantas modificadas genéticamente serían una buena alternativa a los cultivos de uso alimentario para producir biocombustibles y se daría una salida a las zonas tabacaleras de nuestro país, que ven peligrar su futuro con la desaparición de las ayudas europeas a este cultivo”, comenta la investigadora. Los cálculos estimados de producción de almidón de estas variedades mejoradas serían equivalentes a los de cultivos como cebada o trigo.
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