Llevaba abierta desde noviembre de 2010, pero el pasado 8 de marzo tuvo lugar la inauguración oficial de la que es considerada como la mayor planta de biodiésel del mundo. Con una capacidad de producción de 800.000 toneladas anuales y 550 millones de euros invertidos, los máximos responsables de Neste Oil, acompañados de dirigentes de los gobiernos de Singapur y Finlandia (país de origen de la compañía), volvieron a glosar las ventajas de esta instalación.
Entre esas ventajas está la del sistema de producción propia de Neste Oil, la tecnología NExBTL, que permite procesar tanto aceites vegetales procedentes de plantaciones de palma como otras grasas animales y de origen vegetal. Salían al paso así de las acusaciones de deforestación asociadas a las plantaciones de palma, afirmando que gracias a esta tecnología se reducen entre un 40% y un 60% las emisiones de gases de efecto invernadero y que la compañía cuenta con el certificado alemán ISCC (International Sustainability and Carbon Certification), que garantiza que cumple con una exigente normativa medioambiental.
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