El desarrollo de enzimas que faciliten y rentabilicen la producción de biocarburantes a partir de materias lignocelulósicas es uno de los grandes retos para la fabricación principalmente de bioetanol de segunda generación. Según informa el portal Biofuels International, una de esas investigaciones, desarrollada por un equipo de la Universidad de York (Reino Unido) ha permitido descubrir una nueva familia de enzimas que pueden degradar biomasas de difícil digestión, como astillas de madera, cartón y tallos de plantas, para su posterior conversión en azúcares fermentables.
“No hay duda de que este descubrimiento tendrá un impacto no sólo sobre los investigadores de todo el mundo que trabajan en resolver los problemas asociados con la generación de bicarburantes de segunda generación, sino también a los productores de bioetanol, que ahora tienen una herramienta más para ayudar a generar biocarburantes de fuentes sostenibles ", afirma uno de los líderes de la investigación, Paul Walton.
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