La confirmación ha llegado de la mano de TÜV Rheinland, entidad que ha confirmado que los módulos fotovoltaicos fabricados por Centrosolar son resistentes a la degradación inducida por potencial eléctrico. El efecto PID (potential induced degradation) es una de las principales causas de la disminución del rendimiento durante el ciclo vital de un módulo fotovoltaico.
Los ensayos realizados por TÜV Rheinland someten a los módulos cristalinos a un voltaje negativo de 1.000 voltios durante un periodo de siete días consecutivos a temperatura ambiente. El módulo pasa la prueba siempre y cuando el rendimiento no se reduzca en más de un cinco por ciento. Según ha explicado Cnetrosolar en un comunicado, “TÜV Rheinland no solo verificó el rendimiento de los módulos Centrosolar durante una semana, sino que dobló la duración de la prueba hasta 2 semanas, sometiendo además a los módulos cristalinos a temperaturas fluctuantes. Tras estos duros ensayos, el rendimiento de los módulos cristalinos no llegó a reducirse siquiera en un uno por ciento”.
El fenómeno de la degradación inducida por potencial eléctrico está ganando en importancia porque bajo condiciones desfavorables pueden producirse corrientes de fuga en la unión entre módulo y marco causando cortocircuitos que reducen el rendimiento de la instalación fotovoltaica. Cuatro organismos independientes, entre ellos la entidad TÜV Rheinland, han desarrollado este método de ensayo para analizar la sensibilidad a la degradación inducida por potencial eléctrico.
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