Desde hace unos meses, el Área de Aprovechamientos Madereros y Biomasa del Centre Tecnològic Forestal de Catalunya (CTFC) evalúa el funcionamiento de varios medidores de humedad (humidímetros) para astilla de madera que se pueden encontrar en el mercado. Para la estimación de la humedad se utilizan dos propiedades eléctricas de la madera: la conductividad (o su inverso, la resistividad) y la permitividad o dielectricidad.
Desde el CTC explican que la medida basada en la conductividad mide la variación de la conductancia (o el inverso, la resistencia) del paso de una corriente eléctrica entre dos puntos de un volumen de madera o astilla según varía el contenido de agua. En este principio se basan la gran mayoría de humidímetros de madera maciza que hay en el mercado, que se caracterizan por presentar dos agujas, entre las que se genera la corriente eléctrica. En este principio también se basa el humidímetro de lanza BLL de Schaller (comercializado en Cataluña por Kapelbi).
Se considera que estos humidímetros se muestran muy prácticos de cara al control interno empresarial que cada empresa debe hacer para asegurar la calidad de la astilla. De cara al comercio, en vistas a establecer transacciones comerciales sobre lecturas realizadas con ellos, afirma que “hay que caracterizar el biocombustible en cuestión, calibrar el aparato y establecer contractualmente los márgenes de error admitidos teniendo en cuenta el medio utilizado para el control de la humedad. Es necesario, además, un poco más de investigación y un conocimiento más a fondo de los biocombustibles de nuestro país”.
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