Así lo estima un estudio realizado por un equipo de investigadores de la Faculty of Forestry de la University of British Columbia de Canadá, que también concluye que no deben de cesar los apoyos de las Administraciones para que pueda cumplirse el pronóstico para 2020. Según dicho estudio, la competitividad del “etanol de madera” se podría mejorar con la reducción de la inversión en instalaciones y equipos, los costes de investigación con enzimas (básicas para lograr la fermentación) y generando ingresos con la explotación de co-productos, principalmente la electricidad.
Jamie Stephen, autor principal del estudio, que se ha publicado en la revista Biofuels Bioproducts & Biorefining, reconoce que “si se realiza una comparación puramente económica de los costos de producción entre la madera y el maíz a día de hoy, esté último sería la mejor opción". Sin embargo, Stephen matiza que “si tenemos en cuenta otros factores, como la seguridad energética, el impacto ambiental y la disponibilidad de recursos, el etanol celulósico se convierte en la opción más competitiva para Canadá y Estados Unidos".