Como informaba el diario Hoy de Extremadura en juniode este año, las ayudas a la producción de biocombustible sólidos están prácticamente paradas desde la aprobación del Programa de Desarrollo Rural (PDR) a finales de 2015. Las dudas sobre si dicha producción eran objeto de inclusión entre las actuaciones a subvencionar en dicho programa llevaron el tema a Bruselas.
Hasta el pasado viernes no se ha sabido que la Comisión Europea ha aprobado, “con arreglo a las normas sobre ayudas estatales de la UE, el plan de apoyo a la producción de combustible procedente de biomasa forestal sólida y residuos agrícolas en la región española de Extremadura”. Dicho apoyo se sustancia en ayudas que ascienden a los 12,5 millones de euros.
La Comisión añade que “evaluó el plan con arreglo a las directrices sobre las ayudas estatales de finalidad regional para 2014-2020, que permiten a los Estados miembros financiar el desarrollo económico y el empleo en las regiones menos desarrolladas de la UE y fomentar la cohesión regional en el mercado único”.
“Cumple plenamente” con los criterios de la UE
“Cumple plenamente los criterios establecidos en las directrices y contribuirá de forma importante a una estrategia coherente de desarrollo regional en Extremadura, en consonancia con los objetivos de la UE”, este es el veredicto final que dicta la CE. Como el resto de las ayudas contempladas en los PDR españoles, se financian a través del Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader) y estará vigente hasta el 31 de diciembre de 2020.
Cuando se presentó el PDR a comienzos de 2015 destacaban las medidas que destinaban más de 15 millones a actuaciones relacionadas con la biomasa. Se hablaba entonces que otras partidas podrían tangencialmente afectar a la bioenergía, como los ocho millones destinados a la modernización del olivar y los 3,2 para el apoyo a la conservación y promoción de los servicios genéticos forestales.
En el caso de los 12,5 millones aprobados por la CE, esta recuerda que “la medida consiste en un plan ayudas regionales a la inversión, por el que se conceden subvenciones a las microempresas y a las pymes que empiecen a producir combustible de biomasa sólida o que decidan transformar su actividad actual para la producción de este combustible”.
Tres fábricas de pélets que no llegaron a las 3.000 toneladas en 2016
A la espera de las que se construyan con las ayudas aprobadas, Extremadura cuenta con tres fábricas de pélets que, según el Mapa de los biocombustibles de 2018 publicado por la revista Bioenergy International, solo produjeron 2.500 toneladas en 2016. Existen también tres empresas productoras de astillas, dos en Badajoz y una en Cáceres, cuya capacidad de producción oscila entre las 10.000 y las 30.000 toneladas anuales.
Por otro lado, Extremadura no es de las comunidades autónomas con mayor número de calderas para producción de energía térmica, aunque no dejan de crecer año a año (en 2017 hubo 1.647 nuevas, según el Observatorio de la Biomasa de Avebiom) y además cuenta con dos centrales de producción de electricidad, la de Miajadas en Cáceres y la de Mérida en Badajoz.