La sede madrileña del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) ha acogido un año más una de las presentaciones más esperadas dentro de la generación distribuida de energía: el censo de redes de climatización de Adhac, elaborado como parte de un convenio con el propio IDAE. Los resultados corroboran la tendencia expresada en los últimos años, pero con algunos matices a favor de los combustibles fósiles.
Javier Sigüenza, secretario general de Adhac, confirma que, a pesar de que siguen los obstáculos puestos por administraciones, empresas y asociaciones para conocer realmente el número total de redes en marcha, “este año hemos conseguido mejorar los datos gracias al incremento de la información desde comunidades autónomas como Canarias, Madrid, Navarra, País Vasco y Murcia”.
Como en los censos de años anteriores, la biomasa es la energía más utilizada en el mayor número de redes (300 sobre 402 censadas), aunque en potencia instalada siga estando por debajo del gas (18 por ciento frente al 27 por ciento). Ni sumando el resto de renovables (biogás, geotérmica y solar térmica) ni las combinaciones de cualquiera de ellas con el gas superan la mayoría que representan los combustibles fósiles más el calor residual (52 por ciento).
Más gas y más gas licuado del petróleo
Todo ello conlleva que el principal indicador que ha descendido entre los destacados por Adhac es el del porcentaje de redes que emplean renovables en su mix energético: del 80 al 78 por ciento. Como explicaba el propio Sigüenza, se debe principalmente a que “aunque las redes con renovables han crecido, incluidas las de biomasa, ha sido mayor el crecimiento, o al menos la notificación, de nuevas redes con gas incorporadas al censo”.
Con gas, y con gas licuado del petróleo, ya que en el nuevo censo aparecen seis con este combustible que no estaban en el de 2017; más doce con gasoil (una menos que en 2017). A su vez, mientras las redes con biomasa (casi al cien por cien para calor) han crecido un diez por ciento (de 273 a 300), las de gas (cubren las de calor y las de calor y frío, que son las que más potencia concentran) han subido un 25 por ciento (de 65 a 81). Entre el resto de renovables, el biogás se mantiene con cuatro redes, la geotermia sube de cinco a ocho y la solar térmica de dos a tres.
Percepción de que falta más de biomasa
De nuevo se expusieron las diferencias con otros censos. Durante la última edición de la feria Expobiomasa, la Asociación Española de Valorización Energética de Biomasa (Avebiom) pronosticó, que, según datos extraídos de su Observatorio Nacional de las Calderas de Biomasa, 2017 cerraría con 362 redes de calor con esta renovable. En este caso, ni sumando la diferencia presentada por Adhac entre las totales localizadas y las finalmente censadas (de 424 a 402) se llega a la cifra de Avebiom.
La diferencia puede estar en saber a partir de qué tipo de instalación se considera red o microrred de calor según cada censo, ya que algunos responsables de empresas instaladoras que intervinieron esta mañana durante la presentación en el IDAE manifestaron que la apreciación personal es que en provincias como Madrid crecen sustancialmente las redes de biomasa que abastecen a comunidades de vecinos tanto en edificios como en zonas residenciales con chalés.
Miguel Manrique, jefe del Departamento de Transformación de la Energía del IDAE, subrayó que "no estamos ante estadísticas con un control exhaustivo de los datos, sino ante censos basados en el esfuerzo por poner sobre la mesa y conocer la actividad en torno a la redes de climatización".
Cataluña se mantiene en la primera posición
El resto de indicadores del censo no varía sustancialmente con respecto a otros años. Cataluña se mantiene como la primera comunidad autónoma en número de instalaciones, con 130. A mucha distancia le sigue Castilla y León, con 59. En potencia instalada también manda Cataluña (495 megavatios) y Castilla León queda relegada al cuarto puesto (131 MW) tras Madrid (342 MW) y Navarra (175 MW).
En cuanto a la tipología de clientes, tanto en número de instalaciones (68 por ciento) como en potencia (45 por ciento) domina el sector terciario, seguida de la vivienda y la industria. Sobre el número de edificios alcanzados, se ha pasado de los 4.400 de 2017 a los 5.000 actuales, y se han incrementado en cien kilómetros las redes, de 580 a 680. Además, mientras la potencia instalada para frío sube un punto (27 por ciento), la de calor baja baja otro (73 por ciento).
Las redes y su importante papel en la transición energética
En la titularidad se mantiene el reparto entre las redes públicas (49 por ciento) y las privadas (42 por ciento) y queda un cuatro por ciento para las mixtas. Pero esto es en número de instalaciones, ya que en potencia, las mixtas saltan al 38 por ciento, ya que, como advirtió Sigüenza, “cuanto más grande y compleja es la red más se tiende a la colaboración público/privada”.
Miguel Armesto, presidente de Adhac, aunque habló al principio de la presentación, ofreció una buena conclusión: “en el momento tan importante en el que nos encontramos de transición energética, tenemos que reivindicar el papel protagonista que juegan estas redes, ya que son eficientes, reducen CO2 (306.000 toneladas al año) y el consumo de energía primaria y aportan flexibilidad al consumidor con su variedad de fuentes: biomasa, gas, calor residual, geotermia…”