Gyanesh Pandey y Ratnesh Kumar, dos jóvenes emprendedores, están en la base de Husk Power Systems, formada por una red de 35 pequeñas plantas de producción de electricidad a partir de la gasificación de la biomasa procedente de las cáscaras de arroz. A su vez, la electricidad se distribuye a través de pequeñas redes a 125 aldeas durante, al menos, seis horas al día. Hasta ahora, la electricidad no llegaba, o la hacía de forma muy limitada (cuatro horas máximo) y a un coste mayor por culpa de la utilización de gasóleo y queroseno.
Un tercio de ahorro en la factura de la luz
Entre 10.000 y 11.000 tomas de conexión eléctrica, entre hogares, industrias y sistemas de regadío, se reparten por las 125 aldeas del estado de Bihar, lo que permite llegar casi al 90% de la población. Además de pagar mucho menos por la electricidad que cuando dependían de los combustibles fósiles (80 rupias –1,30 euros– mensuales frente a 125 rupias –2 euros–), cada pequeña planta emplea al menos a cuatro personas, lo que convierte al proyecto en un polo de desarrollo económico y social.
La idea es llegar a 60 plantas y a una potencia instalada de 2 MW. El proyecto en un principio se montó con los fondos de los emprendedores, aunque luego recibió el impulso económico de la Shell Foundation y la International Finance Corporation, entre otras entidades. En la nota de prensa donde se presentaron los resultados y el informe, Greenpeace anunció, ante las elecciones regionales que tienen lugar ahora en la India, que “si el próximo Gobierno apuesta por la energía renovable descentralizada, Bihar puede ser un modelo para el mundo”.
Más información:
www.huskpowersystems.com
www.greenpeace.org/india