“Ya tenemos los tres pilares que garantizan la calidad de una instalación de biomasa, porque hasta ahora contábamos con reglamentos europeos que regulan y limitan las emisiones de la calderas y con sellos como ENplus o Biomasud que certifican la calidad de los biocombustibles sólidos, pero nos faltaba garantizar esa calidad en la instalación y mantenimiento de los equipos”.
Juan Jesús Ramos, responsable de proyectos de Avebiom, explica así lo que significa la puesta en marcha definitiva del sello Instalador de Biomasa Certificado (BID), presentado hoy oficialmente en la sede del IDAE en Madrid. Con un año de retraso con respecto a los pronósticos que se hicieron en septiembre de 2017 en Expobiomasa, llega un sello que pretende afianzar las garantías de calidad y sostenibilidad de toda la cadena de valor de la biomasa.
Para Javier Díaz, presidente de Avebiom, “se trata de una marca que avala la calidad y especialización de las empresas en la instalación, operación, mantenimiento y reparación de instalaciones térmicas de biomasa”. Díaz añade que así se podrá “diferenciar en el mercado a las empresas que ejecutan de forma profesional su trabajo”.
Los usuarios podrán acceder a un registro de empresas certificadas
Para ello, los potenciales usuarios y usuarias podrán acceder a un registro de empresas certificadas, que incluirá el grado de satisfacción de los clientes mediante un sistema de evaluación directo. Ramos considera este aspecto fundamental, porque, entre otras cosas, “hará que cada empresa sea consciente y responsables del servicio que puede dar y qué puede ofrecer a cada cliente según las necesidades de este”.
Pero antes, estas empresas (según el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo en España hay más de 30.000 empresas capacitadas para realizar instalaciones térmicas en edificios) tienen que cumplir con unos requisitos, o carta de calidad, que ha contado con la participación del Instituto de la Construcción de Castilla y León (ICCL), que actúa como entidad de certificación.
Felipe Romero, director técnico y responsable de proyectos europeos del ICCL, explica que “el alcance de la certificación se extiende a toda la cadena de valor, incluyendo el diseño, montaje, operación, mantenimiento y reparación de instalaciones”. La certificación alcanza a cualquier tipo de potencia e instalación, sea doméstica o industrial.
Cinco empresas ya han iniciado los trámites para conseguir el sello IBC
La carta de calidad define a cada empresa, su grado de especialización, la experiencia demostrada, las condiciones de prestación del servicio, la respuesta ante el cliente, la disponibilidad de personal técnico cualificado y los recursos materiales disponibles. No todas las empresas tienen por qué ofrecer los mismos servicios. Por ejemplo, habrá algunas más especializadas en la instalación y otras en el mantenimiento.
En la presentación de hoy en el IDAE se ha especificado que “para acceder a la certificación, la empresa tiene que contar en su plantilla con personal técnico de experiencia contrastada y estar inscrita en el registro autonómico de empresas instaladoras”. Y esas personas, además, “tienen que cumplir con los requisitos de formación, experiencia y especialización establecidos en el perfil profesional aplicable a su especialidad”.
Esta mañana también se han dado a conocer las cinco primeras empresas que han iniciado los trámites para obtener el certificado IBC. Son Calor Erbi, Bioloxa, Gebio, Calordom y Biomaser. Ramos concluye que con el IBC “cumplimos con la necesidad de visibilizar a aquellas empresas que están haciendo las cosas bien y que dan soluciones, no explicaciones, cuando algo no funciona bien con tu caldera o estufa”.