El Ayuntamiento de Monzón anunciaba el mismo jueves, día en que tuvo lugar la subasta del Ministerio de Industria, Energía y Turismo (Minetur), que la empresa vinculada al proyecto de una planta de biomasa en esta localidad había conseguido 108 MW. Poco a poco se fue conociendo que detrás de Solmasol (nombre de la empresa que desarrolla la planta de Monzón) y Forestalia (empresa matriz) está un grupo chino (Guangdong Electric Power) como principal inversor.
Como anuncia en su página web, Forestalia no dispone en estos momentos de ninguna instalación pura de generación de energía con biomasa. Los 300 MW que incluye como generación se reparten entre eólica, fotovoltaica, cogeneración y trigeneración. Sí afirma gestionar más de 13.000 hectáreas de regadío “dedicadas al cultivo de plantaciones forestales de madera de alto valor y con finalidad energética” y producir astillas y pélets vinculados a esos cultivos.
Forestalia maneja varios emplazamientos
Desde el consistorio montisonense advierten que “la subasta ha adjudicado los 108 MW a la empresa, no a un proyecto concreto, y será la dirección la que tome la decisión que considere sobre el reparto”. Sin embargo, reconocen que aunque Forestalia trabaja en varios proyectos, “el de Monzón es el más adelantado”. Recalcan que ven el proyecto como “una oportunidad de crecimiento económico e industrial” y confían en "la administración superior en todo lo relativo a la idoneidad de la instalación y el proceso de funcionamiento”. Álvaro Burrell, el alcalde, matiza no obstante que le hubiera gustado “una ubicación de la planta más alejada del casco urbano”.
Tampoco está claro dónde irán a parar los 40 MW de Ence, porque, como la propia compañía señala, cuenta con tres emplazamientos posibles para la construcción de la planta: Pontevedra, Villaturiel (León) y Huelva. Afirman que ya ha comenzado “la evaluación del emplazamiento desde el punto de vista de la disponibilidad de biomasa, así como de las ventajas y facilidades administrativas e institucionales que pueda encontrar el proyecto. “La ubicación final será la que ofrezca las mejores condiciones en estos apartados”, concluyen.
Ence: ¿380 o más de 400 MW?
Ence recuerda también que la adjudicación supone “un primer e importante paso en el cumplimiento del Plan Estratégico 2016-2020 nada más entrar en vigor”, que contempla “la inversión de 325 millones de euros hasta el 2020 y alcanzar una potencia de producción de energía renovable con biomasa de más de 380 MW en dicho año”. Realmente serían 400 MW, ya que a los actuales 222 MW hay que sumar las dos plantas en proyecto en Canarias (140 MW) y la de la subasta (40 MW).
Como en el caso de la eólica, los aspirantes se han presentado a la subasta renunciando a la prima. Así lo indicaba el pasado viernes el Minetur: “El resultado de la subasta ha sido que los adjudicatarios, tanto de biomasa como de eólica, están dispuestos a realizar los proyectos con un descuento del 100% sobre el valor estándar de inversión previsto. Es decir, para el caso de la eólica, están dispuestos a percibir únicamente la retribución del mercado sin prima, y para el caso de la biomasa, la retribución del mercado más una retribución variable por el coste del combustible (denominada retribución a la operación)”.
Ence solo construye si se asegura obtener la rentabilidad esperada.
En Ence afirman disponer de “un avanzado y novedoso proyecto de generación con biomasa que permitirá desarrollar una planta de generación altamente eficiente y bajos costes de producción, para aprovechar la biomasa forestal y agrícola del entorno en el que se ubique la central”. Sin embargo, añaden que al haber sido la adjudicación sin prima a la inversión, sólo construirá la planta si está segura de obtener la rentabilidad esperada.
La Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA) señalan que “la subasta se ha mostrado más como un producto financiero y los adjudicatarios podrían tener dificultades para desarrollar los proyectos”. Recuerdan que en anteriores procesos de adjudicación se requerían todo tipo de requisitos para dar continuidad a los proyectos y la actual subasta “solo ha tenido en cuenta la componente financiera, ya que solo se requería un aval para participar”.
En cuanto a Gestamp, que ya había optado con dos plantas a la resolución que inscribió en el régimen especial a instalaciones que se quedaron colgadas tras la moratoria a las renovables, vuelve a quedarse fuera esta vez con su planta de Miranda de Ebro, según el Diario de Burgos. Tampoco parece haber ni rastro de otros nombres que previsiblemente entraron en la subasta, como Hunosa, Eco2 Biomasa y Aldebarán.