En circunstancias normales, una buena noticia para el sector, como sería el incremento de un veinte por ciento de la producción entre 2018 y 2019, dentro incluso de un año no muy bueno como fue este último, llevaría a la euforia. Sin embargo, la industria del pélet no deja de pensar en la incertidumbre de la situación actual, con una pandemia y un confinamiento que, como en otros sectores, hace que varias fábricas hayan parado o piensen en hacerlo o en reducir sus producciones.
El Informe estadístico anual sobre el mercado del pellet en España que ha elaborado Avebiom destaca que en 2019 se produjeron en nuestro país 714.000 toneladas en 82 fábricas, destinadas principalmente al mercado interior. Supera en un veinte por ciento las cerca de 600.000 toneladas producidas en 2018 y está por encima de lo inicialmente pronosticado por la propia Avebiom y la asociación de productores (Apropellets): 700.000 toneladas
Otro datos del informe son que el destino principal (77 por ciento) fue el uso doméstico, de aquí que la forma de consumo más habitual sean los sacos de quince kilos que se venden en grandes superficies de bricolaje, ferreterías y gasolineras. En cuanto a la certificación, el 82 por ciento de lo producido llevaba el sello ENplus.
2019: buen año para la producción y regular para el consumo
Estas cifras, extraídas de las encuestas que Avebiom hace en cada una de las 82 fábricas y cuya producción total siguen estando lejos de su capacidad (1.613.000 toneladas anuales), no son homogéneas para todas las empresas. Según los grandes fabricantes, el aumento ha estado más cerca del diez por ciento con respecto a 2018.
En lo que coincide Avebiom es que el incremento de la producción se dio en un año que no fue el mejor para el consumo. De hecho, muchas plantas comenzaron 2020 con un stock que en general supera las 100.000 toneladas. De nuevo un otoño y un invierno suaves, acompañado de una masiva entrada de pélets a España desde Portugal (160.000 toneladas) ante la bajada de la demanda desde el Reino Unido, alteraron la demanda.
Antes incluso de que apareciera lo peor de la COVID-19, estos factores trasladaban también problemas logísticos a los productores, con limitaciones para el almacenaje y una ralentización en la salida de pélets. Cuando se declaró el estado de alarma para frenar la pandemia, las mismas asociaciones y uno de los principales productores, Biomasa Forestal, afirmaban que los primeros días supusieron un pequeño repunte en las ventas, posiblemente para hacer acopio ante la situación que se avecinaba.
Lo peor de 2020: cae la instalación de calderas y la venta de pélets en grandes superficies
Pero ahora las plantas vuelven a tener problemas debido a factores similares: cierre de los canales de venta, principalmente las grandes superficies de bricolaje; desaceleración en la instalación de calderas y estufas; problemas de almacenamiento por la caída previa de las ventas; e incertidumbre asociada a la COVID-19;.
Avebiom reconoce que “a causa de la COVID-19 se ha ralentizado demasiado el trabajo de las empresas instaladoras de nuevas calderas y estufas de pélets, por lo que se espera que el aumento del consumo en España durante 2020 sea sólo del dos por ciento, mientras que el crecimiento en los últimos tres años ha sido del doce por ciento”.
La bajada de los precios del gas y del petróleo, problemas para acometer paradas técnicas o mantenimiento en las plantas y el retraso en algunos pagos desde clientes también pone en una situación difícil a los principales productores, que aún así afirman estar tomando “todas las medidas necesarias para asegurar la próxima campaña y mantener la viabilidad de sus plantas a mayor largo plazo”.
Ideas para superar el bache y medidas necesarias desde Bruselas
Los mismos productores afirman trabajar también en “abrir o reforzar otras líneas de venta, tanto on line como de forma física, y colaborar de forma activa con distribuidores y comercios para poder mantener el mercado mientras dure esta situación”. No temen grandes ni graves consecuencias porque entienden que el suministro de pélets es necesario y políticas europeas como el Acuerdo Verde apuesta por este tipo de alternativa energética.
De hecho, Avebiom prevé cifras de nuevo muy positivas para 2022, donde pronostica que la producción subirá a las 900.000 toneladas. “A pesar del anormal desplome de los precios del petróleo, se esperan una serie de medidas legislativas desde el Gobierno de España que impulsarán el uso de las energías renovables los próximos años” explican.
Recuerdan que, como otros países de la Unión Europea (UE), “España ha expresado su deseo a la Comisión Europea de apoyar una salida ‘verde’ para la economía post COVID-19, lo que se une a la intención de la UE de llegar a un acuerdo para alcanzar objetivos de descarbonización más ambiciosos para 2030”.