“A lo largo de 2016, la red se ampliará para prestar servicio a otros edificios públicos y privados de este entorno urbano”. La Universidad de Valladolid (UVa) no especifica en su nota de prensa qué otros edificios, aparte de los veintiséis actuales, se abastecerán de calefacción y agua caliente procedente de las tres calderas que conforman la central de biomasa situada en el campus Miguel Delibes. Sí adelanta que el segundo circuito de la red, que entra en el campus Río Esgueva, finaliza junto al hospital Clínico Universitario de Valladolid “para dar servicio en el futuro a este centro sanitario”. Faltarían también los tres edificios del Ayuntamiento de Valladolid que aparecían en la presentación del proyecto: un polideportivo, un centro cívico y un colegio.
El camino hasta llegar a la inauguración oficial de ayer martes no ha estado exento de algunos obstáculos, como la implicación en la Operación Púnica de Cofely, la empresa que junto a Recursos de la Biomasa (Rebi) formaba la unión temporal de empresas encargada de la construcción y mantenimiento de la planta. Rebi es ahora la compañía que la gestiona en solitario, y junto a otros representantes del sector, ayudaron a completar la inauguración con la jornada Situación actual de las redes de calor alimentadas con biomasa, celebrada ayer en la Facultad de Ciencias de la Uva.
Tres calderas de 4,7 MW y dos depósitos de 40.000 litros
Virginia Borondo, técnica de Rebi, fue la encargada de guiar la visita por las instalaciones, especialmente orientada a los estudiantes. Se accedió así a la instalación principal de la central, donde se ubican las tres calderas de 4.700 kW de potencia cada una (14.100 kW en total), que "incluyen un sofisticado sistema de depuración y filtrado de humos que garantiza que las emisiones estén muy por debajo de los niveles exigidos por las más estrictas normativas europeas”, resaltan en Rebi. Borondo recordó que “se reducen las emisiones de CO2 del campus en 6.800 toneladas al año respecto a los sistemas actuales de gas y gasóleo de que disponen los edificios de la universidad”.
Desde Rebi especifican también que para mejorar el funcionamiento, las calderas están unidas a dos grandes depósitos de inercia, de 40.000 litros cada uno, a través de los cuales se abastece el calor a la red de 12 km de longitud y 600.000 litros. “La tubería que se ha utilizado está preparada y concebida para redes de calor, y dispone de un aislamiento especial”, señalan en la nota de prensa de Rebi.
Astilla forestal como recurso
Por su parte, en la UVa recuerdan que “el uso de biomasa forestal en unas instalaciones de estas características ha convertido el proyecto en pionero y en uno de los más importantes de su tipología en España”. Añaden que se empleará astilla forestal, que “permite convertir un residuo forestal en un recurso”. El suministro del biocombustible corre a cargo de la Sociedad Pública de infraestructuras y Medio Ambiente de Castilla y León (Somacyl), “con astilla principalmente de la comunidad autónoma”. “Además de todos los beneficios medioambientales y de gestión –concluyen–, la Universidad de Valladolid conseguirá un ahorro neto del 15% anual en el coste energético de calefacción”.
El presupuesto de toda la instalación se cifra en cinco millones de euros y ha contado con la financiación del Banco Europeo de Inversiones y el Fondo Europeo de Desarrollo Regional. La infraestructura ha sido impulsada por la Junta de Castilla y León a través de Somacyl y por la Universidad de Valladolid. Esta última recuerda que el proyecto está dentro de su línea estratégica de Universidad Sostenible o Campus Sostenible, junto a otras iniciativas que permiten reducir su impacto ambiental, su huella de carbono y su consumo energético y mejorar su eficiencia energética, "todo ello traducido en un ahorro económico asociado”.