A principios de junio concluyó la presentación de alegaciones a la autorización administrativa previa y evaluación de impacto ambiental y de solicitud de modificación sustancial de la autorización ambiental integrada en relación con la transformación de la central térmica de La Pereda (Mieres) para la valorización de biomasa y combustible sólido recuperado. Este último incluye residuos que no son biomasa.
El IIDMA acaba de emitir una nota de prensa en la que resume las alegaciones presentadas a este proyecto de Hunosa, que prevé valorizar hasta un cien por cien de biomasa forestal sólida (maderable y residual) procedente de eucaliptos, pinos y frondosas, y combustible sólido recuperado (CSR), que no excederá del 25 por ciento. En cuanto a la biomasa forestal, se estima un consumo anual de 400.000 toneladas procedentes de un radio de doscientos kilómetros de la central.
“Dado el papel fundamental que desempeñan los bosques en la mitigación del cambio climático”, el instituto cree esencial que Hunosa “priorice el aprovechamiento de biomasa residual (restos forestales) frente a biomasa maderable procedente de árbol completo”. Pero se cuestiona el origen sostenible “teniendo en cuenta los impactos ambientales y climáticos extremadamente negativos asociados a la explotación de plantaciones forestales intensivas”.
“Comunidades autónomas con las mayores deficiencias para garantizar la sostenibilidad de la biomasa”
El comunicado del IIDMA recuerda que las comunidades autónomas de Asturias, Cantabria y Galicia, donde Hunosa pretende obtener la biomasa, “son precisamente las regiones que mayores deficiencias presentan a nivel normativo para garantizar la sostenibilidad de la biomasa y, sobre todo, la de carácter residual”.
Tampoco cree que el instituto que se cumpla el principio de proximidad de origen del recurso, “al pretender utilizar biomasa disponible en un radio de hasta doscientos kilómetros”. Aseguran que la “Declaración Ambiental Estratégica del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) alerta de la importancia de atender al principio de proximidad de origen entre la localización geográfica de la biomasa y el punto final de consumo”.
Lo potenciales impactos negativos de quemar biomasa con otros residuos
También se cuestionan las emisiones, como en su día hizo la Coordinadora Ecoloxista d’Asturies, por el tipo de combustible que se va a emplear. Según los resultados del estudio de dispersión de las emisiones atmosféricas presentado por Hunosa, el IIDMA teme “los potenciales impactos negativos que las emisiones procedentes de la quema conjunta de biomasa y CSR podrían conllevar para la calidad del aire y, sobre todo, en la salud humana de los núcleos de población cercanos a la instalación”.
Ante las primeras críticas surgidas por el modelo de combustión, Hunosa afirmó que “el CSR se compone de una mezcla de residuos de carácter no peligroso, lo que garantiza que no se emitan sustancias perjudiciales para la salud”. También dijo que “las modificaciones en la central destinan una parte muy relevante de la inversión a la reforma de los sistemas de eliminación de sustancias que pudieran ser nocivas para el medio ambiente y, por supuesto, las personas”.
El suministro eléctrico está garantizado
Por último, el IIDMA cree que dicha transformación es prescindible a efectos de garantizar el suministro eléctrico en el Principado de Asturias. “Dicha seguridad –mantienen– está avalada por las medidas previstas por el operador del sistema y el gestor de la red de transporte en la Propuesta de Desarrollo de la Red de Transporte de Energía Eléctrica 2021-2026, remitida al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, cuya aprobación se espera para finales de este año”.
Alba Iranzo, abogada ambiental de dicho instituto, sostiene que “si se pretende que la electricidad producida a partir de la combustión de biomasa forestal en esta central térmica pueda computarse en el objetivo español renovable del 42 por ciento en 2030, es fundamental que la instalación garantice el origen sostenible del recurso forestal cumpliendo con los nuevos criterios de sostenibilidad que impone la Directiva de energías renovables revisada".