El proyecto Biomasud Plus, heredero de Biomasud, concluyó el pasado 31 de diciembre de 2018, pero aún es pronto para cerrar todas las aportaciones y conclusiones que ofrece. Además, se trata de una iniciativa que tiene capacidad de desarrollo fuera del límite temporal marcado, ya que su principal objetivo es consolidar un sistema de certificación de biocombustibles sólidos mediterráneos.
Una de sus primeras aportaciones fue la recogida y caracterización de 347 muestras de biomasas mediterráneas para su estandarización e inclusión en el sistema de certificación. Esto ha permitido que, además del hueso de aceituna y la astilla forestal certificadas durante el primer Biomasud, se unan ahora nuevos sistemas para que consigan el sello biocombustibles procedentes de podas de olivo, sarmientos y cascaras de nuez, de avellana, de almendra y de pistacho.
Actualmente cuentan con la certificación en España las empresas Energía Sierra Segura y Peláez Renovables (hueso de aceituna) y Pallet Tama, Alcolea Biomass Center y Greenalia Woodchip (astilla). Las dos últimas cuentan con dos certificaciones cada una, como productoras y distribuidoras.
Nuevas certificaciones en el horizonte
A las españolas hay que sumar, desde Eslovenia, a Biomasa D.O.O (astillas) y, en la recta final para obtener la certificación, desde Italia, a Eco Combustibili Biom Energy (cáscara de avellana). De vuelta a nuestro país, hay dos empresas más en proceso de certificación y una (Ecoloma) que lo puede recuperar tras una suspensión temporal.
Como se explica en una de las últimas informaciones del proyecto, “en cada sistema terceras entidades independientes auditan a los productores o distribuidores, analizan el producto y emiten el certificado para que el procedimiento sea absolutamente independiente y fiable”. Confirman que “reputadas entidades profesionales acreditadas para estos trabajos específicos ya se han unido al sistema: Aenor, Bureau Veritas, TUV, Enama y BEA.
Pablo Rodero, gerente del proyecto dentro del socio coordinador, la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa (Avebiom), afirma que “en cada país (participan once socios de ocho países) han sido auditadas de dos a tres empresas, pero no todas se van a certificar porque les faltan cosas, como no contar con equipos para auto-inspecciones”. Otras empresas están pendientes “de aplicar planes de acciones correctoras a partir de los fallos detectados en la auditorias, y eso lleva un tiempo”, añade Rodero.
Estudios de mercado y de una metodología para calcular la huella de carbono
El desarrollo de Biomasud Plus también ha conllevado la realización de estudios de mercados en los países implicados (Croacia, Eslovenia, España, Grecia, Italia, Portugal y Turquía), excepto Austria; el establecimiento de criterios de sostenibilidad y la creación de una metodología de cálculo de la demanda de energía y emisiones de gases de efecto invernadero en la obtención de biocombustibles.
Desde Biomasud Plus consideran que esta última metodología “está en línea con la que propone la Comisión Europea en su propuesta de directiva de sostenibilidad publicada en el winter package”. Apostillan que “se ha realizado una plataforma on line donde se puede calcular la huella de carbono y seguir la trazabilidad de las empresas certificadas”.