Las posibilidades energéticas del cultivo del olivar son enormes

El olivar es un sumidero de CO2 por su enorme superficie foliar y capacidad fotosintética, genera gran riqueza en toda Andalucía y actúa como una barrera verde de contención a la influencia de las zonas desérticas. Juan Luis Casimiro, jefe de la planta de biomasa de Puente Genil, que presume de ser la de «mayor envergadura tecnológica y de gestión de las emprendidas hasta ahora en España» en materia de aprovechamiento de la biomasa del olivar, ha sido muy explícito a la hora de enumerar las virtudes “energéticas” de este cultivo tradicional mediterráneo: el aceite de oliva es el único aceite que puede tomarse virgen, el hueso de aceituna es el mejor combustible de biomasa que se conoce –dos kilos de hueso generan la misma energía que un kilo de petróleo– y los residuos de la poda constituyen un combustible de futuro que tiene un gran potencial.

Por eso, definir la logística de recogida de esa poda es, según Casimiro, el gran reto al que se enfrenta el sector, un desafío al que se añade el de la fijación del precio de la misma, para que resulte interesante para el agricultor, porque actualmente “este residuo no se está tratando como es debido y se quema en los aledaños de las plantaciones, desperdiciándose así un recurso valiosísimo”.

Y, también, biocarburantes

Pero la jornada “Sostenibilidad y Energías Renovables en Andalucía” no solo ha tratado del olivar como recurso energético. También han estado presentes en ella los biocarburantes. Así, el representante de la Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (ASAJA) de Málaga, Carlos Blázquez, se ha mostrado muy esperanzado en que el fomento de la generación de biomasa y cultivos energéticos posibilite un mayor desarrollo de las zonas agrícolas de Andalucía.

Según informa INIEC, Blázquez ha asegurado que “el desarrollo de los biocombustibles producirá un cambio estructural en los fundamentos tradicionales de los mercados agrícolas, siendo altamente probable que el etanol de cereales crezca en el futuro a una tasa mayor que la del etanol de caña de azúcar”. Es más, el precio internacional del etanol tenderá al del etanol de maíz y tendrá una importante correlación con el precio de la gasolina.

Entre las medidas de apoyo que debe formular la Administración para promover el desarrollo de este sector, Blázquez ha señalado, entre otras, el establecimiento de la obligación de utilización de biocarburantes en flotas cautivas, la creación de incentivos fiscales –“durante cinco años”– y la aplicación de ayudas directas.

El desarrollo de la eólica marina –"que en España cuenta con tecnología disponible y suficientemente contrastada"–, la reducción de los costes de fabricación de las células solares fotovoltaicas (línea estratégica de Isofotón, también presente en la jornada, en la persona de su director de I+D+i, Jesús Alonso) y la producción eléctrica basada en la generación distribuida han sido los otros asuntos que han abordado los expertos en “Sostenibilidad y Energías Renovables en Andalucía”, una jornada en la que probablemente una de las claves fundamentales ha sido la formulada por el propio director docente del Instituto de Investigaciones Ecológicas, Antonio J. Martínez: el nuevo orden económico y social, ha apuntado Martínez, “se asienta en dos grandes pilares: la democratización de la energía –las distintas administraciones deben potenciar el uso de sistemas productivos energéticos basados en el concepto de generación distribuida– y el uso de energías renovables”.

Más información:
www.iniec.com