Los investigadores de la Universidad de Huelva (UHU) entienden por biomasa lignocelulósica "no sólo la relacionada con los árboles, sino con todo el sector forestal, a lo que se suma el aprovechamiento del cultivo agrícola, ya sea residual o no". Con ello, se avanza hacia una biomasa industrial para aprovechamiento energético que deja a un lado el uso de cultivos tradicionalmente dedicados a la alimentación, centrándose en los de otras especies vegetales que puedan tener funciones industriales.
La búsqueda de las mejores materias primas
Además de la optimización del proceso de fraccionamiento, los científicos del campus onubense prevén comprobar cuáles son las mejores materias para utilizar en una biorefinería. Para este fin cuentan con la colaboración de un grupo de investigadores del Departamento de Ciencias Agroforestales, con quienes trabajan de forma conjunta en tres parcelas experimentales en terrenos degradados, donde se cultivan especies vegetales favorecedoras de la recuperación del suelo y cuyo objetivo es la explotación pseudoagrícola para el fraccionamiento industrial del material. En dos de estas parcelas se han cultivado 14 variedades de leguminosas, mientras que en la tercera hay plantadas nueve variedades de Paulownia fortunei, árbol originario de China.
Según López Baldovín, entre los numerosos materiales analizados destacan tres: Arundo donax, Paulownia fortunei y variedades del género Leucaena, elegidas “por la calidad de la biomasa que producen, por su facilidad de lignificación y por el rendimiento en cuanto a oligosacáridos (fracciones que se pueden obtener de una primera hidrólisis de cadenas celulósicas más cortas)”.
Actualmente, los científicos de la UHU están centrados en los dos últimos tipos, buscando la valorización energética por combustión directa, que presentan además un desarrollo de calidad de papel interesante. "También se han hecho estudios comparativos con materiales de referencia" añade López Baldovín, quien pone el ejemplo de las posibilidades del eucalipto para la biorrefinería. "Pero lo que buscamos es ir a materiales y procesos más rápidos que el eucalipto, siendo los ideales aquellos que en uno o dos años tengas cosechas".