El agricultor siempre gana
De acuerdo con esta normativa europea, los cultivos en esta superficie tienen derecho a la misma prima que si estuviese plantada de cereales entre 25.000 y 27.000 pesetas por hectárea, con lo cual los agricultores tendrían ingresos asegurados, además de los beneficios que obtengan de los contratos con la empresa.
La confianza de los responsables se basa también en las condiciones climatológicas de la provincia de Burgos, ya que esta provincia es un enclave privilegiado para el cardo por su pluviometría y las características del suelo, lo que permite alcanzar 17 toneladas por hectárea y año. En caso de no alcanzarse esta producción podrá completarse con paja de cereal.
El número de hectáreas plantadas en la segunda siembra asciende a 170; en la planta gemela de Huesca se ha llegado a las 200. Los responsables de CECSA conscientes de lo novedoso de esta práctica confían en que los resultados que el cultivo está produciendo terminen por vencer la reticencias de algunos agricultores hacia este tipo de agricultura.
Beneficios ambientales
Según CECSA, "existen numerosos beneficios derivados de este tipo de cultivo para una comunidad como Castilla y León: desde el punto de vista social, evita la despoblación, hace que tierras que estarían abandonadas produzcan y no se erosionen los suelos; desde el punto de vista económico, favorece la generación de una industria de maquinaria, semillas y fertilizantes y se produce un importante ahorro al reducir la necesidad de importar productos energéticos del exterior; desde el punto de vista ambiental, contribuye a reducir la contaminación, ya que la emisión de CO2 neta derivada de esta iniciativa será cero, además de los enormes beneficios agroambientales que el Cynara tiene en relación con la lucha contra la erosión y la recarga natural de acuíferos".
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