A comienzos de agosto, Gazprom Marketing and Trading Limited (GM&T) y SPPH ECO Biomass Resources Sdn. Bhd. firmaron un acuerdo a largo plazo para producir y comercializar biomasa torrefactada a partir de los residuos de los cultivos de palma en Malasia, país de origen de la segunda compañía. Esta se encargará de fabricar la biomasa torrefactada, mientras la filial de Gazprom se compromete a su compra. Se prevé disponer de una cantidad de 150.000 toneladas anuales en 2013 y crecer hasta las 500.000 toneladas en 2015.
Este acuerdo es uno de los proyectos relacionados con la biomasa que la multinacional rusa tiene en cartera. Recientemente, Grupo Nova Energía emitía un comunicado en el que informaba sobre una instalación de Gazprom compuesta por cuatro calderas de 6 MW cada una que suministra energía térmica a Severoonezhsk, una ciudad de 60.000 habitantes situada en el noroeste de Rusia donde las temperaturas llegan hasta los 40 grados bajo cero. “Las cuatro calderas Global funcionan a partir de astillas con humedades superiores al 50%, que en la mayoría de los casos están totalmente cubiertas de nieve.” explica David Poveda, director de Grupo Nova Energía, distribuidora en España de dichos equipos.
La co-combustión en centrales de carbón, en el punto de mira de Gazprom
Según el comunicado de GM&T, la firma con la compañía malaya incluye el desarrollo de programas de electrificación rural a pequeña escala, "para que las áreas más remotas dispongan de suministro de energía y desarrollen y participen en cadenas de suministro de combustible, mediante el cultivo, cosecha y procesamiento de materias primas para producir biomasa”. Sin embargo, la biomasa torrefactada se utilizará principalmente en co-combustión en centrales de carbón, una de las líneas de trabajo en las que más investiga e invierte Grazprom.
Mientras tanto, David Poveda recuerda lo que ya se puede conseguir en cuestión de bioenergía en lugares remotos donde se desechan alternativas caras y sucias como la construcción de un gasoducto o el abastecimiento de gasóleo con camiones proclives a romper la capa de permafrost por la que circulan. “Ante la necesidad de encontrar un sistema más económico y eficiente que el que se estaba utilizando –relata Poveda–, se optó por buscar uno alternativo con biomasa, que presentaba también la posibilidad de reducir las emisiones de CO2 en 26.000 toneladas anuales”.
La antigua instalación, situada a unos 7 km de distancia del núcleo urbano y equipada con dos calderas de vapor y dos de agua caliente, se sustituyó por una nueva planta más cercana a la ciudad y equipada con la cuatro calderas. La zona, al estar rodeada de bosques, permite emplear como combustible los residuos de los aserraderos locales. “De este modo, se reduce en gastos al conseguir biomasa a coste cero, se ayuda a reducir el amontonamiento de residuos de madera en los vertederos y se crean nuevos puestos de trabajo”, concluye el responsable de Nova Energía. El combustible utilizado es una mezcla de desechos de madera con un contenido de humedad entre 30% y 50%, formado por astillas (2,7%), corteza (5,5%), serrín (52%) y otros residuos de aserraderos locales (39,8%).
Más información:
www.gazprom-mt.com
www.gruponovaenergia.com