El sector papelero no piensa igual que el de la biomasa. A principios de verano, Margarita de Gregorio, responsable de Energías Termoeléctricas de la Asociación de Productores de Energías Renovables (APPA), afirmaba que “el sector necesita una señal positiva en forma de mejora de la retribución para que todas las plantas que están en proyecto sigan para adelante y sirvan para cumplir los objetivos”. Hoy mismo, Aspapel, la patronal del sector papelero, en la que se encuentran importantes productores de electricidad con biomasa, ha dicho que “no reclama a la Administración Central un aumento de las primas por generación de energía eléctrica con biomasa”.
Esta decisión está dentro de un adelanto del plan estratégico 2012-2014 que ha presentado hoy mismo Aspapel, en el que define “los retos a que habrá de enfrentarse el sector, plantea ambiciosos objetivos y detalla las líneas de actuación y cambios organizativos que habrán de acometerse en los próximos tres años”. Con ello, pretenden jugar “un papel protagonista en la economía del futuro, la bioeconomía, basada en el uso eficiente de recursos renovables y baja en carbono”.
“La madera plantada para otros usos no es cultivo energético”
Dentro de las propuestas de desarrollo de la biomasa y la generación de energía renovables en general, y sin salir del apartado de la retribución, afirman que “la aspiración del sector se basa en que la Administración garantice el cumplimiento estricto de la legislación: no se debe tolerar que madera plantada para otros usos se catalogue como cultivo energético (actividad, ésta, más primada), porque se estaría provocando un fraude de Ley y un perjuicio para las empresas que sí han apostado por invertir en cultivos energéticos”.
Esta última afirmación choca con otras de las pretensiones del sector de la bioenergía. El Real Decreto 661/2007, que regula la actividad de producción de energía eléctrica en régimen especial, incluye en el subgrupo b.6.1 a las “centrales que utilicen como combustible principal biomasa procedente de cultivos energéticos”. En mayo de 2010, la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa (Avebiom) afirmó que veía necesario una clarificación del b.6.1 para que “algunas producciones forestales se consideren cultivos energéticos y se alcance el éxito en la implantación y desarrollo de muchas de las plantas de generación eléctrica que utilizan biomasa forestal”.
Por último, Aspapel defiende a la cogeneración como otra de las apuestas sostenibles del sector, al ser una de las industrias líderes en implantación de este sistema. Afirman que, “con una potencia instalada en cogeneración de 1.105 MWe, el sector no solo produce la energía que consume, sino que aporta sus excedentes al sistema. Pese a la crisis económica, que ha supuesto el cierre de fábricas, la potencia instalada en cogeneración en todo el sector papelero no solo se ha mantenido en los últimos años, sino que ha logrado cierto incremento”. También afirman que “un marco regulatorio estable y favorable al desarrollo de la cogeneración y el acceso al gas y la electricidad a precios competitivos son cuestiones clave para el futuro del sector”.
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