No solo Risi prevé un fuerte incremento en el uso de la bioenergía. Hace unos días, la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa (Avebiom) se hacía eco de otro informe del European Renewable Energy Council (EREC), que prevé que la biomasa aportará en 2030 entre 236 y 255 Mtep, cerca de un 210% de incremento sobre su cuota actual de mercado. Al menos será preciso incrementar hasta 2020 en un 50% el actual aporte de biomasas para cubrir ese mercado. Esto último pertenece ya a las conclusiones del estudio European biomass review, elaborado por Risi.
El estudio abarca el análisis de la disponibilidad de biomasa lignocelulósica (madera, cultivos energéticos y residuos agrícolas) en los 27 países de la Unión Europea más Noruega y Suiza, entre los que hace una división en cinco regiones geográficas: norte, oeste, este y sur de Europa y Reino Unido e Irlanda. En todas ellas habrá un aumento significativo de la demanda de biocombustibles, especialmente procedente de los sectores industrial y residencial y, según el análisis de Risi, o se desarrollan nuevas fuentes de suministro de biomasa o Europa se enfrentará a un déficit importante para cubrir dicha demanda.
Deberá aumentar el suministro a partir de bosques, residuos agrícolas y cultivos energéticos
La clave está en desarrollar y movilizar nuevas fuentes de suministro, que se centran principalmente en los aprovechamientos silvícolas, los residuos agrícolas y los cultivos energéticos. El estudio plantea tres escenarios de futuro, que incluyen la total movilización de las nuevas fuentes de suministro posible, una movilización parcial y la no movilización. Los expertos que han colaborado en el informe de Risi entienden que los tres escenarios ayudarán a los operadores del sector a tomar las decisiones estratégicas oportunas.
En este sentido, se tiene en cuenta a los proveedores europeos, incluidos los propietarios de bosques, los diferentes integrantes del sector agrícola y las industrias madereras. También se valora la participación de los exportadores mundiales de biomasa, especialmente de los productores de pellets de madera de América del Norte, Rusia y América del Sur; los consumidores industriales europeos; y los proveedores de servicios para la industria de la biomasa (ingeniería, consultoría, financiación…).
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