La instalación que ultima Naturgy recuperará el biogás producido en el vertedero, lo que resuelve el problema medioambiental de las emisiones contaminantes asociadas a la gestión de residuos (los gases generados en los vertederos acaban casi siempre en la atmósfera); y, a continuación, valorizará esos residuos, creando un modelo de economía circular. Naturgy utilizará la red de distribución existente, “minimizando la inversión necesaria para adaptar el biogás a la calidad necesaria para inyección y consumo”. En ese sentido, la compañía asegura que su red de distribución “está preparada para poder distribuir gases renovables gracias a las inversiones realizadas en los últimos años”. Además -añaden desde Naturgy-, en el caso de Catalunya, su red, “ampliamente desarrollada, se encuentra muy cerca de las principales áreas potencialmente generadoras de biometano (granjas de purines y estaciones depuradoras de aguas residuales) lo que lo hace altamente atractivo para el aprovechamiento del biogás” (el biometano es biogás purificado).
Naturgy ya tiene experiencia en proyectos de desarrollo de biogás, como Methamorphosis, en Vilasana, Lleida, que cuenta con financiación de la Unión Europea, o el ubicado en la estación depuradora de aguas residuales de Bens, en A Coruña, cofinanciado por la Xunta a través de fondos europeos Feder para producir biometano procedente de aguas residuales con fines de movilidad e inyección en red. La puesta en marcha de la planta de Cerdanyola del Vallés es “un claro reflejo además -asegura la empresa- de la apuesta de la compañía por la producción local, de cara a reducir la dependencia energética del exterior, al tiempo que se potencia una gestión sostenible de los residuos generados y se da un paso adelante hacia la economía circular”. Naturgy estima que la producción del Parc de l’Alba de Cerdanyola del Vallés evitará la emisión a la atmósfera de 2.400 toneladas de CO2 al año.