Como adelantaba hace unos días nuestro portal hermano (Renewable Energy Magazine) “la nueva asociación nace para apoyar el crecimiento de las tecnologías de biogás y digestión anaerobia y así maximizar su contribución a los compromisos del Convenio sobre Cambio Climático y los objetivos de desarrollo sostenible de Naciones Unidas”. Su presidente, David Newman, considera “evidente el enorme potencial existente para proporcionar seguridad energética mediante la transformación de millones de toneladas de desechos orgánicos que hoy en día en gran medida no tienen uso”.
Newman, de larga trayectoria en el mundo del biogás en Italia y el Reino Unido, fue también director ejecutivo de Greenpeace en el país trasalpino, y tiene claro que el biogás “forma parte de la economía circular, recuperando energía y nutrientes perdidos de otra manera; de la bioconomía, entregando materias primas a nuevas industrias potenciales a través de la ‘química verde’; de la emancipación de comunidades aisladas de redes eléctricas y de gas, dándoles autonomía energética; y un ingrediente de la sostenibilidad, devolviendo nutrientes y energía renovable al planeta”.
El creciente valor de los digestatos como fertilizantes
Desde la Asociación Mundial del Biogás (AMB) consideran que se pueden reducir las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero en un 20 por ciento mediante “la producción de gas verde de carga flexible y almacenable, reduciendo y reciclando residuos de alimentos y abasteciendo vehículos pesados, autobuses, tractores y otros medios de transporte”.
El creciente valor y mejora de la reutilización de los digestatos sobrantes como fertilizantes es visto también como un gran avance por la AMB: “permite a los agricultores cultivar de manera sostenible, así como restaurar los suelos agotados, reducir la pobreza y el hambre y proporcionar energía y biofertilizantes a las comunidades y aldeas de los países en desarrollo”.
Ejemplos de partida en Tailandia, Brasil e India
Hasta la fecha forman parte de la AMB, la American Biogas Council, la Anaerobic Digestion and Bioresources Association y el Consorzio Italiano Compostatori, así como HRS Heat Exchangers como miembro fundador de la junta asesora. La nueva asociación invita a empresas, asociaciones, universidades, profesionales y otras organizaciones a formar parte de la misma para demostrar que el biogás y la digestión anaerobia afecta y contribuye al desarrollo de muchos sectores.
Para ir abriendo boca, en la página web de la AMB se han subido varias experiencias de desarrollo del biogás en diferentes países y comunidades. Destacan así proyectos de instalación de plantas en granjas de cerdos en NongBua Lampuh, en Tailandia; de aprovechamiento del biogás en macrovertederos como el de Belo Horizonte, en Brasil; o la combinación de biogás a partir de residuos de alimentos junto a la energía solar para llevar electricidad a hogares, calles y escuelas de un poblado del oeste de Bengala, en la India.