Todos concluyen entre este año y el siguiente, y entre estos últimos está ISABEL, el que más clara tiene definida la idea del autoconsumo y la generación distribuida. Su objetivo es “fomentar el concepto de biogás comunitario y abrir el camino para su implantación comercial a partir de tres elementos fundamentales de interacción: producción y consumo locales, participación de la comunidad y biogás sostenible.
Otro proyecto que coincide en fechas con ISABEL (comenzó el pasado año y concluye a finales de 2018) es Biogas Action. En este caso la meta es alcanzar un rápido desarrollo del sector a través del conocimiento y la experiencia compartida de buenas prácticas (incluidas estrategias y apoyos institucionales) llevadas a cabo en los nueve países que aportan socios. Se pretende eliminar al máximo los obstáculos no técnicos para una producción más generalizada de biogás y biometano.
Un parque natural con una “microplanta” de biogás
Una de las últimas reuniones de este proyecto, celebrada en Londres a finales de diciembre, fue conocer la experiencia de una “microplanta” de biogás instalada en una zona verde de esta ciudad: Camley Street Natural Park. Los desperdicios de la cocina y de los jardines se utilizan como materia prima junto con desechos de alimentos de empresas locales situadas a menos de un kilómetro y medio. “La huella de carbono se minimiza utilizando bicicletas para recoger estos residuos”, puntualizan.
El proyecto ISAAC está centrado exclusivamente en Italia, uno de los países más pujantes en el sector del biogás, y tiene un objetivo similar a Biogas Action: “eliminar las barreras no técnicas (falta de aceptación y coordinación pública e insuficiencia normativa para impulsar la penetración del biogás/biometano en el mercado) y facilitar la instalación de plantas.
Biometano a partir de la industria alimentaria
Biosurf (acrónimo en inglés de BIOmethane as SUstainable and renewable Fuel) tiene el ojo puesto principalmente en el biometano y en aumentar su producción y distribución tanto a través de las redes de gas como en el transporte. Aquí también se proponen desarrollar estrategias que salven las “barreras no técnicas y allanen el camino hacia un mercado europeo del biometano”. Once socios de siete países están en esa línea.
Por último, en Bin2Grid, el único en el que participa un socio español, el IAT, se trabaja especialmente con el aprovechamiento de residuos de las industrias alimentarias y bebidas para la producción de biogás y biometano y su uso también en redes locales. En el último Congreso Nacional de Medio Ambiente (Conama), celebrado a finales de 2016, el IAT presentó un informe sobre el desarrollo de un proyecto que, como el resto, está financiado por el programa de investigación e innovación de la UE Horizonte 2020.