El último barómetro de EurObserv’ER pone de manifiesto el cambio de paradigma que opera actualmente en el mundo de los gases renovables dentro de la Unión Europea (UE) y que afecta muy especialmente a las tradicionales plantas de biogás. La producción de electricidad con estas baja (de 62,7 a 62,5 TWh entre 2018 y 2019), la general de energía primaria se estanca (de 16,5 a 16,6 millones de toneladas equivalentes de petróleo) y solo la de calor aguanta (de 859 a 893,4 ktep).
EurObserv’ER da con varias explicaciones: “regulaciones que han recortado considerablemente las subvenciones de cultivos alimentarios para producir biogás (principalmente Alemania con el maíz), la limitación de la capacidad asignada a las licitaciones de biogás y unas condiciones de pago de la electricidad con biogás menos atractivas”.
En esta situación, es el biometano el que salva las muebles con su crecimiento en su uso como biocarburante, ya que no se informa sobre la inyección en las redes de gas. En el sector del transporte ha pasado de 186,8 ktep en 2018 a 269,6 ktep en 2019. Por otro lado, los países que han apostado fuerte por el biometano mantienen porcentajes de crecimientos mayores.
Francia crece y el Reino Unido se sale
Uno de esos países es Francia, de los pocos que han crecido con dos dígitos: 11 por ciento en 2019 y roza las mil ktep (976,6). Además, es el único que creció en producción de energía primaria con biogás entre los cinco principales países: Alemania, Reino Unido, Italia y República Checa. Del quinto al décimo puesto todos suben (Dinamarca, Países Bajos, Polonia y Bélgica) menos España, que se mantiene en el noveno puesto.
En el nuevo barómetro se advierte que “la salida del Reino Unido de la UE, que oficialmente se produjo el 31 de enero de 2020 (por lo que se mantiene en el barómetro de 2019), tendrá un impacto significativo en las estadísticas de la, ya que es el segundo mayor productor de biogás tras Alemania”.
Vertederos con fecha de caducidad
Otra cuestión sobre la que incide EurObserv’ER es en la materia prima, porque aunque dominan ampliamente los cultivos y los residuos agro-ganaderos (75,8 por ciento), de los vertederos sale aún el 13,6 por ciento del biogás, con el 9,3 por ciento restante para lodos de depuradoras.
“La caída en la producción de biogás en vertederos no es una sorpresa”, afirman en el informe y adelantan que será mayor porque “el stock de biogás extraído tiende a disminuir y agotarse con el tiempo”. Pero hay más, ya que la separación en origen de la materia orgánica, su destino para el compostaje o su derivación directa para metanación, le quita aún más posibilidades al biogás de vertedero.
“La única forma de aumentar la producción de biogás en los vertederos será equipar las instalaciones existentes con nueva ingeniería, ya que ya además no se permite la creación de nuevos vertederos y los actuales tienden a ir cerrando”, apostillan desde EurObserv’ER.
Análisis y estrategias europeas que apuestan por el biogás
A pesar de todo, en las conclusiones finales del barómetro se recuerda que la Comisión Europea (CE) sigue apostando por el biogás y el resto de gases renovables dentro de sus planes, estrategias, Pacto Verde y ambiciones climáticas. “La CE –señalan– calibró el potencial del sector del biogás en su publicación Análisis en profundidad en apoyo de la Comunicación de la Comisión COM (2018) y podría aumentar de 16 Mtep en 2015 a 30 Mtep para 2030”
“El potencial de crecimiento sigue siendo alto si además se añade la implementación de un marco regulatorio más atractivo, con mayor determinación política para sustituir el gas fósil, y también regulaciones más estrictas para medir y controlar las emisiones de gases de efecto invernadero, para reactivar la producción”, añaden desde EurObserv’ER.
Por último, también recuerdan que según la estrategia de la UE para la integración del sistema energético “la proporción de gas natural en los combustibles gaseosos debería caer al veinte por ciento, y el ochenta por ciento restante cubrirse en su mayoría con gases origen renovable hasta 2050”.
“Es cierto que todavía es difícil pronosticar la combinación futura de estas energías gaseosas (biogás, biometano, hidrógeno o gas de síntesis). Quedan muchas preguntas por responder sobre cómo se implementará el marco regulador del mercado europeo y qué medios se desplegarán para facilitar la introducción mayoritaria de gases renovables”, concluyen desde EurObserv’ER.