La Sociedad Cooperativa Andaluza San Isidro cuenta desde noviembre con una planta piloto en Loja que genera calor y electricidad para su proceso industrial a partir de la digestión anaerobia del alpechín. Además del energético, otro de los objetivos de Biogas2 PEM-FC (siglas de proton exchange membrane, o polymer electrolyte membrane, fuel cell) era reducir la carga, contaminante para el medio ambiente y costosa para el bolsillo, derivada de la gestión de dichos residuos. El alpechín contiene pesticidas y compuestos orgánicos tóxicos, ácidos y una salinidad elevada.
La primera etapa de este aprovechamiento de los alpechines consiste en la generación de biogás a partir de la digestión anaerobia de los residuos. A continuación, y según expresa en una nota de prensa el Servicio de Información Comunitario sobre I+D (Cordis), la planta desarrollada en el proyecto “convierte el biogás en otro gas rico en hidrógeno”. La siguiente fase consiste en generar electricidad “mediante pilas de combustible que transforman la energía química del combustible en electricidad gracias a una reacción química basada en un agente oxidante, como por ejemplo el oxígeno”. La energía se aprovecha en la propia almazara de la cooperativa.
Treinta millones de metros cúbicos de alpechines susceptibles de producir biogás
Tas la reunión final del proyecto, el pasado mes de octubre en Málaga, se concluyó que se ha conseguido obtener “un sistema de generación termoeléctrica modular, rentable y eficiente apto para la generación eléctrica distribuida e in situ a partir de residuos agrícolas”. Se añadió que “la tecnología podría utilizarse para tratar otros residuos agrícolas y abrir paso así a una amplia gama de oportunidades comerciales”. Solo en alpechines se calcula que las almazaras producen de media unos treinta millones de metros cúbicos durante los cuatro meses del período más intenso de producción. “Estos residuos bien podrían emplearse para producir biogás”, señala la información de Cordis.
Según la nota difundida por la CE, los investigadores participantes en el proyecto obtuvieron una subvención de 1,1 millones de euros del Séptimo Programa Marco. La participación española consta de cuatro socios: Idener, empresa de base tecnológica creada a partir del grupo de investigación Automática y Robótica de la Universidad de Sevilla; la Federación Andaluza de Empresas Cooperativas Agrarias (FAECA); el centro tecnológico Leitat; e Ingesnostrum, ingeniería experta en el sector de las renovables. Además, han participado, desde Suecia, el Kungliga Tekniska Högskolan de Estocolmo y la empresa Power Cell; desde Inglaterra, Marches Biogas Helbio, y de Grecia, Helbio, empresa experta en el desarrollo de sistemas energéticos con hidrógeno a partir de fuentes renovables.