El proyecto ha sido implementado en una serie de granjas de diferentes tamaños en Nicaragua, Honduras y Guatemala, en las que se ha utilizado sistemas de tratamiento de aguas residuales del café. Así, se instalaron biodigestores para generar biogás por la descomposición de la materia orgánica.
En las pequeñas y medianas instalaciones de procesamiento de café, los agricultores fueron capaces de utilizar el biogás creado para cocinar. Además, al evitar la liberación de agua contaminada en los alrededores, los olores y las plagas se mantienen a raya y la biodiversidad local es protegida. Es más, mediante la sustitución de la leña, los agricultores se benefician de ambientes interiores saludables y también ayuda a reducir la deforestación en su entorno.
En instalaciones de gran escala el biogás se utiliza como combustible para la maquinaria de despulpado, para bombas de agua y para el secado de los granos de café.
Entre las enseñanza que está dejando el proyecto, hay un conjunto de directrices para la obtención de una certificación para la agricultura sostenible, con el objetivo de promover mejores prácticas de otros países productores de café.
La transformación de las aguas residuales de café en energía aún no es un negocio atractivo ni para el agricultor ni para la industria, ya que se considera que requiere una gran inversión y sin un retorno rentable en el corto plazo, razón por la cual estos proyectos son financiados por terceros, tales como el ministerio holandés de Asuntos Económicos.
Más información:
www.utzcertified.org