Empresas como AstraZeneca, Autodesk, Bain & Company, BCG, Deloitte, JPMorgan Chase, Live Nation, McKinsey & Company, Meta, Morgan Stanley, Netflix, Novo Nordisk, Samsung Biologics, Watershed y Workday, junto con la organización fundadora de SABA, RMI, participan en esta compra colectiva, que les llevará a adquirir unos 50 millones de galones de SAF de alta integridad en cinco años, según señalan desde SABA.
Esto equivale, aproximadamente, a 500.000 toneladas de CO2e reducido, o a las emisiones de 3.000 vuelos de pasajeros a plena carga de Nueva York a Londres.
"Este conjunto de acuerdos plurianuales, en el que también participan cuatro proveedores de combustible y tres aerolíneas, demuestra el poder de la demanda corporativa para aumentar las inversiones en combustibles sostenibles prometedores que puedan impulsar la descarbonización del sector de la aviación", añaden desde SABA.
El SAF es un combustible fabricado con materias primas renovables o residuos. Puede utilizarse en los aviones actuales sin necesidad de invertir en la modernización de las flotas e infraestructuras existentes, y puede reducir significativamente la contaminación por carbono de los vuelos.
“Esta adquisición de SABA demuestra el poder de las grandes empresas mundiales que exigen combustibles de aviación sostenibles de alta integridad. Estos combustibles ya están disponibles, y debemos trabajar para aumentar rápidamente su producción con el fin de descarbonizar el transporte aéreo", ha declarado Elizabeth Sturcken, directora gerente del Environmental Defense Fund, cofundadora de SABA.
Para aportar mayor transparencia e integridad a la venta, RMI y EDF, cofundadores de SABA, desarrollaron el Registro digital SAFc, que se utiliza como plataforma central para registrar los certificados SAF adquiridos. Este registro digital crea un libro de contabilidad auditable para garantizar que los certificados SAF adquiridos tengan el impacto medioambiental previsto y puedan reclamarse para alcanzar los objetivos de reducción de emisiones.