Solvay ha anunciado la construcción de una planta de biomasa entre los municipios de Torrelavega y Polanco (Cantabria) para reducir el uso de carbón y evitar la emisión de 300.000 toneladas de CO2 al año. Contará con los permisos necesarios antes de que termine este 2024 y entrará en funcionamiento en 2027, siendo "la mayor" de España y "una de las principales y más grandes de Europa", según anuncia la compañía. El proyecto, diseñado por Solvay en sociedad con la empresa tecnológica Enso Esco, recibirá 30 millones de euros de fondos europeos a través del Perte de descarbonización industrial, para la construcción de una planta que producirá una potencia de 49,99 megavatios, con una inversión de más de 127 millones de euros. El objetivo es convertirla en "uno de los hubs" de producción de combustible sintético a través del CO2 biogénico, que se produciría en la planta de Barreda con la posibilidad de utilizar el hidrógeno verde para esa producción de los nuevos combustibles.
En este sentido, el ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, ha señalado que esta subvención es el el mayor importe otorgado en esta convocatoria del Perte ya que, como ha subrayado, se trata de "uno de los mejores ejemplos" de la estrategia que está llevando a cabo su departamento. Previamente, en declaraciones a los medios, el titular de Industria ha ensalzado que una "gran multinacional" afianzada en Cantabria desde hace más de un siglo y una empresa química "de tanta relevancia como Solvay" comparta en su proyecto la filosofía del Perte, mediante la que "ayudamos a la transformación energética y a la transformación digital como base para asentar un nuevo periodo de reindustrialización". "Éste es un ejemplo magnífico, yo creo que el mejor ejemplo del proceso en el que estamos. Gracias a asumir nuevas energías limpias, estamos afianzando ya durante décadas un gran proyecto industrial", ha subrayado.
Por su parte, la presidenta de Cantabria, María José Sáenz de Buruaga, ha defendido que la concesión de los 30 millones de euros a Solvay y Enso es "un hito imprescindible" pero "es el principio", por lo que la empresa y las administraciones públicas implicadas "tenemos que seguir sumando esfuerzos" para que llevar el proyecto "a buen puerto". Es por ello que ha trasladado el "respaldo total" del Gobierno regional y ha avanzado que ya se ha creado un grupo de trabajo para "agilizar al máximo" la tramitación de las autorizaciones ambientales, industriales y urbanísticas que va a necesitar, con la previsión de poder tener antes de que acabe el 2024 concedidos todos los permisos para que esta planta de cogeneración pueda estar en funcionamiento en 2027.