Las indagaciones llevadas a cabo por Energías Renovables han servido también para despejar algunas dudas surgidas al leer diferentes notas de prensa emitidas por el Gobierno de Castilla-La Mancha. No será plan, sino estrategia, y no será genérico sobre biomasa, sino concreto sobre la de origen forestal. Es decir, quedaría como estrategia regional de biomasa forestal.
Lo que queda en el aire es su presentación oficial para conocer su desarrollo, objetivos, financiación y otros detalles. Aunque se ha presentado ante organismos como el Consejo Asesor de Medio Ambiente de la región y en algunas jornadas, no se dispone aún del documento oficial para su consulta y difusión.
Impulso para utilizar biomasa forestal como combustible
En la última nota de prensa se habla en genérico que “fomentará el aprovechamiento de residuos forestales para el ahorro energético y la reducción de emisiones de CO2” y se avanza que “contendrá diversas líneas, como las ayudas de la Dirección General de Política Forestal de aprovechamiento de los montes públicos, el impulso de la utilización de masa forestal como combustible de las calefacciones y el apoyo a la investigación”.
Mientras tanto, la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural va dando a conocer sustituciones de calderas de gasóil por otras de biomasa en edificios públicos y vinculándolos a dicha estrategia. Tras anunciar a finales del pasado año esa sustitución en la dirección provincial de esta consejería en Cuenca, además de en institutos y otros edificios asociados a la Consejería de Educación, Cultura y Deportes en esta provincia, ahora le toca el turno a Guadalajara.
Más calderas en Bienestar Social y en Educación, Cultura y Deportes
En concreto se cambiarán las calderas por biomasa del Centro de Investigación Apícola y Agroambiental (CIAPA) de Marchamalo y de las oficinas comarcales agrarias de Cogolludo y Jadraque. Calculan que “la sustitución de calderas de gasoil por astilla supondrá una reducción en gasto de combustible que puede llegar hasta el 42 por ciento y un ahorro de emisiones de CO2 a la atmósfera de entre 3,6 y 75 toneladas al año, según el edificio”.
De cara al futuro, el Gobierno castellano-manchego prevé que “las acciones prosigan en otras consejerías como Bienestar Social o Educación, así como en ayuntamientos, mancomunidades o iniciativas público-privadas”.