Corría el año 2009 cuando responsables de la comarca Sierra de Albarracín presentaron un proyecto de creación de tres plantas de pélets a ubicar en Bezas, Frías de Albarracín y Noguera de Albarracín. Dicho anuncio aún no se ha concretado en ninguna de las plantas. Más allá de testimoniales líneas de peletizado asociadas a empresas madereras, como la de Hermanos Debón en la localidad de Albarracín, Teruel confía dar el definitivo salto industrial con la colocación mañana de la primera piedra de la planta de Bea.
Una información de El Economista confirmaba hace dos días la iniciativa impulsada por Teruel Pellets, una sociedad formada por empresarios de la comarca del Jiloca, El Poyo del Cid y Bea. Pocos días antes, el Diario de Teruel anunciaba que la sierra de Cucalón, situada en la comarca del Jiloca, contará este año con dos fábricas de pellets, la de Bea y otra en Allueva, que dista diez kilómetros de la primera localidad.
“Aumentos tremendos” del precio de la biomasa en un sector que “se rompe”
La capacidad de producción de la planta de Bea será de 20.000 toneladas al año a partir de 38.000 toneladas de madera procedente de actuaciones de limpieza y aclareo en explotaciones forestales situadas a unos cincuenta kilómetros a la redonda de la instalación. Según estimaciones de Teruel Pellets, se crearán unos catorce empleos directos y en torno a 36 indirectos.
Los expertos consideran que la puesta en marcha de las fábricas de Bea y Allueva servirá para dinamizar el mercado de los biocombustibles sólidos en Aragón. Según unas declaraciones de Luis Solsona, responsable del Observatorio de la Biomasa de Aragón, recogidas por El Heraldo se necesita “encontrar un equilibrio entre las empresas privadas, el Gobierno de Aragón y todos los agentes que intervienen porque el sector se rompe y estamos en un punto límite”. Según Solsona, “la demanda de producto supera ampliamente la oferta, lo que está desembocando en un aumento tremendo de los precios de la biomasa que no pueden asumir ni fabricantes ni compradores". Según el observatorio, el precio ha subido un 50% en tan solo dos años.