A mediados del pasado mes de enero tenía lugar en Florencia (Italia) la jornada de clausura de Rosewood y la de apertura de Rosewood 4.0. El punto de partida es el mismo: lograr una movilización sostenible de recursos forestales facilitando la difusión y estimulando el uso de la innovación mediante la transferencia de conocimientos entre las regiones de la UE y el desarrollo de proyectos comunitarios de innovación.
Según el resumen de la reunión de Florencia, con Rosewood se han identificado “nuevas necesidades y oportunidades en la movilización de madera para las regiones de la red: norte, sur, centro y este de Europa”. Para ello se han identificado 151 mejores prácticas e innovaciones que “proponen soluciones ejemplares a los desafíos del sector, desde la activación de pequeños propietarios hasta el aumento de la biodiversidad forestal y la resiliencia”.
Con Rosewood se establecieron cuatro nodos regionales. El del sur está coordinado por el Centro de Servicios y Promoción Forestal y de su Industria de Castilla y León (Cesefor), y pertenecen al mismo las regiones de Castilla y León de la Toscana (Italia) y el Centre Régional de la Propriété Forestière de Aquitania (Francia).
El grupo operativo Esencial como mejor práctica e innovación
Entre las 151 mejores prácticas e innovaciones hay dieciséis españolas, algunas con una vinculación más directa con la bioenergía, como el grupo operativo Esencial. El objetivo de este grupo, uno de los creados en España a partir de la programación de desarrollo rural europea para conectar ciencia y medio rural, es el desarrollo de “biocombustibles y bioproductos innovadores procedentes de biomasa forestal con escasa o nula utilización”.
Una metodología para la evaluación y estandarización de la sostenibilidad económico-financiera de las plantaciones de álamos en Castilla y León y los programas de Movilización de los Recursos Forestales y de Parques Naturales del Gobierno de esta misma región son otros dos ejemplos de prácticas e innovaciones que afectan al aprovechamiento energético de la biomasa forestal.
Curiosamente, una de las dos últimas experiencias reseñadas antes del cierre de Rosewood, es una procedente de Rumania encabezada por la empresa TEGA Sfantu Gheorghe, dedicada a la producción de energía a partir de restos de madera de diferentes áreas verdes urbanas. “Es un modelo a seguir para la movilización sostenible de la madera”, aseguran desde Rosewood: “por un lado, las ciudades se limpian de los desechos de madera, y por el otro, no se talan árboles”.
Destacar el poder innovador de la selvicultura, ahora a través de la digitalización
Como se expuso en Florencia, “el poder innovador de la silvicultura abarca desde la introducción de nuevas tecnologías, como LIDAR (light detection and ranging; detección por luz y distancia) en el inventario forestal, hasta la búsqueda de enfoques novedosos para la gestión del flujo de madera y su valorización local a través de la producción de carbón vegetal o nutrientes de biomasa”.
“Al sector no le faltan ideas frescas para una mejor gestión, recolección y procesamiento de los recursos madereros”, afirman en la nota de prensa tras la jornada de Florencia. Añaden que “una oportunidad para intensificar el intercambio sobre innovación será el proyecto Horizon 2020 Rosewood 4.0, que continuará el trabajo que comenzó en Rosewood con un claro enfoque en la digitalización”.