Llíria se ha convertido en los últimos tiempos en un foco de atracción para las energías renovables. Tras el impulso al proyecto SimBioTIC de creación de una ciudad inteligente basada en elementos de la transición energética, valorización de residuos forestales incluido, llegó el anuncio de la creación de una de las primeras comunidades energéticas locales de España. Ahora le toca el turno a los gases renovables.
El viernes pasado, con presencia de responsables del Ayuntamiento, la Mancomunitat Camp de Turia, la Generalitat Valenciana y Genia Bioenergy se anunció la construcción de una planta de biogás con posterior conversión a biometano a partir “de los residuos orgánicos de todo tipo, desde la fracción orgánica de los residuos sólidos urbanos, hasta los producidos por la actividad agroalimentaria y el estiércol del ganado vacuno”, asegura el consistorio en una nota de prensa.
Añaden que la planta será capaz de tratar 90.000 toneladas anuales de estos residuos y producir trece millones de metros cúbicos de biometano cada año o unos 60 GWh/año de energía térmica. Se inyectará en la red de gas, “desde donde se distribuirá para su consumo en industrias, hogares o como combustible para vehículos”, afirman, y calculan que “con el gas producido podrían cubrirse las necesidades de 8.500 hogares”.
Según el alcalde de Llíria, Manuel Civera, el proyecto de planta que se inicia ahora y que se ubicará en el sector industrial de Capa Blava, “podría estar operativo a comienzos de 2024, tras obtener todas las autorizaciones administrativas pertinentes que vamos a tratar de agilizar en la medida de lo posible”. También prevén que la instalación, una vez en funcionamiento, creará doce puestos de trabajo cualificados directos y otros sesenta indirectos.