La expectativa de la empresa es, según informa el portal EPBR, que las plantas puedan producir tres millones de metros cúbicos por día (m3/día) de biocombustible a partir de residuos de caña de azúcar, como vinaza y torta de filtración, un residuo conocido también como cachaza. La idea es viabilizar los proyectos a través de la empresa mixta Raízen Geo Biogás SA, resultado de una sociedad creada entre la empresa del sector de etanol y Geo Biogás & Tech.
La directora ejecutiva de Raízen Geo Biogás, Raphaella Gomes, dijo que la estrategia de biogás de la empresa está enfocada en la producción de biometano para reemplazar los combustibles fósiles en industrias y vehículos. La compañía espera aprovechar la proximidad de las plantas de Raízen a los gasoductos para facilitar la monetización.
“Tenemos una visión clara de reemplazar el gas natural, el diesel y el GLP”, declaró Gomes a EPBR durante un evento promovido por Geo Biogás & Tech en Londrina (PR) recientemente.
En abril pasado, Raízen Geo Biogás anunció la construcción de su primera planta dedicada a la producción de biometano. Con inversiones de cerca de 60 millones de dólares, la unidad será instalada junto al Parque de Bioenergía Costa Pinto, en Piracicaba (SP), donde Raízen ya opera su fábrica de etanol de segunda generación (2G).
En 2020, Raízen Geo Biogás negoció su primera planta termoeléctrica de biogás en una subasta de energía. El emprendimiento, ubicado en Guariba (SP), es una de las mayores plantas de biogás del mundo, con 21 MW de capacidad instalada.
El año pasado, durante la oferta pública inicial (IPO) de Raízen en B3, la empresa apuntó al biogás como una estrategia para descarbonizar su producción de etanol. La reducción de la huella de carbono en el ciclo de vida del etanol aumenta el puntaje de eficiencia de Renovabio y, en consecuencia, permite la emisión de más créditos de descarbonización (CBios).