Damm estima recuperar más de 3,5 millones de litros de cerveza de aquellos establecimientos de hostelería que tras estallar la pandemia de la Covid-19 y decretarse el confinamiento asociado al estado de alarma se quedaron con miles de barriles empezados. Ahora esa cerveza tendrá una nueva utilidad en “una apuesta por la economía circular”, como explican desde la compañía.
Por un lado lo consideran una muestra de apoyo al sector hostelero, ya que cada barril empezado lo sustituyen por uno nuevo. Por otro lado, lo exponen como una manera de aprovechar un residuo y “transformarlo en energía cien por cien verde”. “Se trata de una medida que nos va a permitir reducir nuestra huella de carbono en unos 250.000 kilos de CO2”, afirma Karen Peiró, maestra cervecera de la fábrica de Damm en El Prat de Llobregat.
Según la nota de prensa de la cervecera, tras la producción del biogás, este “es lavado y purificado y se utiliza como combustible en una instalación de cogeneración que produce electricidad renovable”. “Mediante este proceso, estimamos generar casi 670.000 kWh de electricidad, el equivalente al consumo medio mensual de unos 2.500 hogares españoles”, añade Peiró.
El biogás también está presente en las otras dos fábricas de Damm en España. En El Puig (Valencia) afirman igualmente apostar por la cogeneración, la generación simultánea de energía eléctrica y térmica útil a partir del biogás. Y en Murcia generan energía eléctrica para autoconsumo con una planta más.
Cervezas estropeadas y caducadas que ya entran en las plantas de biogás
La fábrica ubicada en Cañada Hermosa (Murcia) de Estrella de Levante, otra de las marcas del grupo Damm, cuenta también con una planta diseñada y ejecutada por Biovic. En ella, y en otra de esta misma empresa, se llevan a cabo proyectos de investigación para mejorar la producción de biogás y biometano.
El último ejemplo que tiene como epicentro la instalación de Cañada Hermosa es el proyecto GreenUpGas (Desarrollo de una tecnología de upgrading biológico para la producción de biometano en entornos agroindustriales), subvencionado por el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI). La intención es obtener biometano “empleando métodos biológicos de bajo coste y menor impacto ambiental”.
En relación al aprovechamiento de la cerveza que no se puede poner en el mercado, Luís Puchades, director de Biovic Consulting, afirma que “nuestras plantas ya procesan este tipo de residuos, por ejemplo, en la de Vall d’Uixó (Castellón) se reciben de forma regular tanto cervezas caducadas, como otras que se han estropeado durante la cadena de frío, y tras destinar el vidrio para su reciclado entran en el proceso de producción de biogás”.